Los fabricantes automotrices europeos pidieron al bloque de países más flexibilidad en los plazos para terminar con la venta de unidades nuevas con motores térmicos, algo que la Unión Europea definió para 2035 pero con el cumplimiento previo de una serie de etapa intermedias, las mismas que hoy inquietan a las marcas locales por las multas a las que se verían expuestos de no cumplir con los objetivos.
En una entrevista a cuatro grandes periódicos europeos publicada este lunes, el consejero delegado de Renault, Luca de Meo, que desde noviembre preside la Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles (ACEA) planteó esta petición, aclarando que esta solicitud no significa que la UE deba renunciar a la descarbonización y a la electrificación del sector.
"Necesitamos un poco más de flexibilidad en el calendario. Pero no hay que instrumentalizar la ralentización actual del mercado para abandonar pura y simplemente el objetivo. Sería un grave error estratégico", explica De Meo.
El representante del sector automotriz del bloque recordó que los fabricantes ya han invertido "decenas de miles de millones de euros" en esta transición a nuevas tecnologías más amigables con el medio ambiente y que esta petición de mayor flexibilidad no significa "tirarlos por la ventana".
"El poder político no puede cambiar de opinión en el momento en que se concretan nuestros esfuerzos con nuevos modelos que llegan al mercado. No debemos negar el progreso. Todas las sociedades que han negado el progreso en la historia han perdido. Y la electrificación en el automóvil forma parte del progreso", explicó el ejecutivo.
Plazas intermedios
El problema para los fabricantes no es, pues, el objetivo final de terminar con la venta de vehículos con motores de combustión contaminantes, sino "el ritmo" que se ha definido para esta transición, ya que pasar de una cuota actual de un 10% de ventas de unidades eléctricas al 100% en una docena de años "es realmente muy complicado".
El presidente de la ACEA advirtió además de que si se sigue con la tendencia actual del mercado -con ventas de vehículos eléctricos prácticamente estancadas durante el primer semestre- los fabricantes deberán comenzar a pagar millonarias multas por estas metas intermedias que no se han podido cumplir o “dejar de producir dos millones de vehículos híbridos”, algo que calificó como “absurdo".