Paupérrimo rendimiento.
Archivo El Mercurio
SANTIAGO.- Algunos hinchas de la Universidad de Chile se ilusionaron. Después de pasar el trago amargo de perder la Supercopa ante la Católica esperaban que Sebastián Beccacece diera un paso al costado. Pero no.
"No pongo en duda mi futuro. La dirigencia tendrá que analizar. Los resultados no son los óptimos, pero vamos a seguir intentando en la Copa Chile e intentar revertir el campeonato". Ese fue el mensaje que entregó el argentino.
Y claro que los resultados no son óptimos. Incluso mucho menos que eso. Su defensa siguen siendo que !siempre atacamos, proponemos y dejamos todo en la cancha". Pero el marcador siempre indica otra cosa.
A los fanáticos azules lo que más podría dolerles es que desde que Beccacece llegó a la banca laica, ha sido incapaz de ganar un clásico, ya sea contra los cruzados o Colo Colo.
De hecho los de la precordillera ya tomaron una paternidad en este año. Tres partidos jugados, tres ganados. El primero fue en el Clausura 2015-2016 y la victoria fue para los dirigidos por Mario Salas por 2-1. Luego llegó la goleada 3-0 de hace trece días por el Apertura 2016-2017 y la de anoche por 2-1 en la Supercopa.
Mientras que contra los albos sólo ha dirigido un compromiso y fue el pobre y fome empate sin goles en el Estadio Nacional por el certamen pasado. Ahora, en dos semanas más, los visitan en el Monumental.
Y los números no mienten. 24 partidos partidos en la banca, sólo cinco triunfos, nueve empates y diez derrotas. Eso le da un paupérrimo 33,3 por ciento de rendimiento.
La paciencia de todos se acabó. Sólo la millonaria indemnización lo mantiene en el puesto. ¿Será capaz Carlos Heller de escuchar a la hinchada y hacer el esfuerzo de pagarle el finiquito?
