Alexander Zverev ya es toda una estrella.
Agencias
SANTIAGO.-Corría el año 2013 y se jugaba la final en la categoría junior del Roland Garros. A la instancia llegaban dos promesas, jóvenes que recién mostraban sus primeras armas pero que ya ilusionaban al público y todo conocedor del deporte blanco. Eran el chileno Christian Garín y el alemán Alexander Zverev. Aquella vez, le tocó al nacional quedarse con la gloria tras conseguir el título con un 6-4 y 6-1.
Pero hoy, la realidad es totalmente distinta. El europeo terminó el año pasado entre los 25 mejores (24 en el ranking ATP). Mientras que Garín está 211°, es la primera raqueta nacional y aún tiene mucho por dar.
Tanta ha sido la explosión de Zverev, que esta semana se dio el lujo de vencer ni más ni menos que a Roger Federer, considerado por muchos el mejor jugador de la historia.
En un partido de dos horas y media, el alemán se impuso al suizo por 7-6,6-7 y 7-6 por la Copa Hopman, certamen entre naciones que se juega en Perth, Australia.
La historia de Zverev con el tenis comenzó a los cinco años. Hijo de tenistas profesionales, Alexander Zverev e Irena Zvereva, el jugador creció entre las giras y los torneos alrededor del orbe. Ahora el clan Zverev compone su staff técnico, siendo su padre su entrenador, y también el principal motivador.
A pesar de su corta edad, Zverev dejó de ser una promesa, y parece cosa de tiempo para que entre en el podio de los mejores del circuito. El alemán tuvo un salto sustancial el 2016. Empezó la temporada en el lugar 83 del mundo, pero, jugando todos los Grand Slam,se logró posicionar entre los veinte mejores del planeta.
Incluso Rafael Nadal lo llenó de elogios cuando lo derrotó en el torneo Indian Wells, en marzo del año pasado. "Tiene todos los golpes, es joven y tiene mucho camino para recorrer. Lo tiene todo para ser número 1 y ganador de Grand Slam", dijo el mallorquín.
Para el calendario del primer semestre de este año, Zverev se propone nuevamente metas importantes. Después de la Copa Hopman, el gran desafío es el Abierto de Australia, primer Grand Slam del año. Además tiene en mente los certámenes de Montpellier, Marsella y Rotterdam; para rematar con los Masters 1000 de Indian Wells y Miami.
