El fútbol chileno hace rato que está en marcha pese a que recién estamos a febrero y arrancando el año. Los equipos de Primera División ya van camino a la cuarta fecha en el Torneo, mientras que los clubes de la B por estos días realizan la tradicional pretemporada con miras al estreno del certamen el próximo 22 de febrero.
Pero hay otro conjunto que también está disputando partidos y entrenándose duro. Juega a puertas cerradas, pero con el mismo entusiasmo y ganas que un elenco profesional y sin nada que envidiarle a un club.
Es la escuadra del Sifup, compuesta por futbolistas que por alguna u otra razón se encuentran sin club y a la espera de una oferta para firmar un contrato. Desde el 17 de diciembre cumplen con la rutina de cualquier plantel profesional con la esperanza de recibir ese llamado que relance su carrera...
La familia de los "picados"
Como se dice en jerga futbolística, un equipo de "picados" dirigido por el ex arquero Eduardo Lobos donde destacan nombres como Miguel Aceval y Mirko Opazo. Por estos días se encuentran entrenando en la cancha 1 del Estadio Nacional y han enfrentando una serie de amistosos en la que se los ha visto jugando de manera muy intensa.
Lobos dirigiendo una de las prácticas. Crédito: Marco Muga R.
"Jugamos un gran partido con Melipilla. Se vio mucha dinámica. El cuerpo técnico nos exige al máximo y la verdad es que solo puedo decir buenas palabras de ellos. Muy exigentes y muy buenas personas", cuenta el defensa Orlando Santis.
Eso es lo que más resaltan los integrantes del plantel: La camaradería que se ha generado ha sido clave para superar las ansiedades y dramas personales que suponen estar sin trabajo. "Es una paradoja: Somos una familia en la que todos queremos que se vayan todos, porque eso significaría que encontramos donde jugar", revelan.
Un club de Primera
Pero la familia del Sifup no sólo goza por el buen ambiente que se respira. Desde el arribo de Gamadiel García a la presidencia del gremio en diciembre de 2016, se han mejorado ostensiblemente las condiciones de entrenamiento del elenco del Sifup.
La labor dirigencial de Gamadiel García ha sido clave. Crédito: Marco Muga R.
Hoy no solo cuentan con un cuerpo técnico definido, sino que viajan a otros lugares y ciudades para medirse con otras instituciones, tal como lo haría cualquier elenco rentado. Sin ir más lejos, hoy se desplazaron hasta la Región de O'Higgins para enfrentar al Santa Cruz de Humberto "Chupete" Suazo.
"Hemos ido profesionalizando todas las áreas, trabajando de forma integral, para que la transición no sea tan fuerte y se asemeje lo más posible a un plantel profesional", revela Eduardo Lobos, el ex meta con pasos por Colo Colo y Everton que hace sus primeras armas como DT en el Sifup.
Tecnología y ningún detalle al azar...
Entrenamientos "integrales" es la filosofía, que desde la asunción de García en la directiva, se ha intentado aplicar. Y hasta la fecha eso se ha cumplido con mucho éxito.
El equipo del Sifup hoy cuenta con un extenso staff de profesionales: Lobos no sólo está acompañado por sus colaboradores. También recibe la asesoría de la nutricionista Camila Tapia (también trabaja en Católica) y el psicólogo Jaime Mestre.
Nutricionistas del equipo en acción. Crédito: Marco Muga R.
También han sumado tecnología en sus prácticas: Dispositivos de GPS en cada jugador con la que pueden medir el progreso y desempeño de cada uno en cada partido. Además, todos sus movimientos quedan registrados audiovisualmente gracias a un camarógrafo que está en todas sus sesiones. Disfrutan de desayunos todos los días y de recuperación física con crioterapia.
Incluso el Sifup también se ha preocupado de la imagen de los futbolistas que llegan a tocar su puerta: Hoy varios integrantes pueden optar a recibir atención dental costeada por el propio gremio con el objetivo de mejorar su dentadura.
"El Sifup se ha portado de manera espectacular. El apoyo es en todo sentido y uno no puede más que agradecer y esperar irse. Al final es eso, no debemos perder el foco que estamos aquí solo de paso", cuentan desde el plantel.
Es la realidad de un grupo que vive el día a día añorando, casi cruelmente, que no quede nadie en sus prácticas. Saben que son una familia en la que cada uno busca dar el salto y ojalá no retornar nunca más...
