Hay una joven camada de basquetbolistas que ilusionan a Chile. Ya han dado triunfos y poco a poco han salido a curtirse a ligas del extranjero. Dos de ellos están pasando un gran momento en el básquetbol universitario de Estados Unidos.
Este domingo, Mercer superó a Virginia Militar Institute por 73-59 y se metió por primera vez en su historia en la final de la Southern Conference. El ala pívot Felipe Haase fue buena figura. Aportó un doble doble: 15 puntos y 11 rebotes.
Con esta victoria, los "Osos" se meten en semifinales de la Conferencia Sur de la exigente NCAA.
El osornino, de 2 metros y 8 centímetros, llegó en 2015 a Miami. Vivía cerca del aeropuerto y todos los días se quedaba mirando el despegue de los aviones. Le daban ganas de volver, pero resistió.
Fue el Jugador Más Valioso de la competencia escolar y del Juego de Estrellas de la División. De ahí, fue reclutado por la prestigiosa Universidad de Carolina del Sur. En ese momento estaba clasificada como uno de las mejores escuadras del país.
"Tiene todas las condiciones para llegar donde él se lo proponga. Es un jugador inteligente, grande, sabe pasar muy bien la pelota, ocupa muy bien los espacios. Puede jugar posteado cerca del canasto o tirar de frente de tres puntos. Es un jugador bastante completo y además es un líder positivo. Apoya a que el equipo sea mejor, aunque eso no se valore en estadísticas, hace bien a cualquier equipo", comentó el ex entrenador de la selección chilena Manuel Córdoba.
Buscando más minutos, partió a Mercer. Luego de superar una lesión, por fin está demostrando su valía. Esta campaña promedia 11.8 puntos, 7.4 rebotes y 2.8 asistencias.
Marcelo Pérez
"Hay veces en que uno no se siente bien y quiere volver a casa. Pero ahí es cuando hay que sacar fortaleza mental y empezar de cero. Reintentar, reintentar hasta que las cosas te salgan bien. Siento que tengo el talento para poder jugar afuera profesionalmente. Quiero ver qué tan lejos puedo llegar", le cuenta a Emol Marcelo Pérez.
Al igual que Haase, el escolta de 21 años ha debido tener paciencia. Hoy está en su tercer año en Barry University, de la división II de la NCAA, y vive su mejor momento. El pasado miércoles, alcanzó su mejor marca anotadora: 23 puntos.
El talento le viene por familia. Es hijo del ex seleccionado Cristian Perez. Se crio en los gimnasios, su padre fue su formador y en ocasiones su más grande crítico.
A los 14 años partió a Argentina para jugar en Olimpo de Bahía Blanca y tres años después llegó a Miami manejando apenas algunas palabras en inglés.
En Estados Unidos le alaban la capacidad para llegar al aro y el alma de "bombardero" cuando se para detrás de la línea de tres. El zurdo entrena dos horas diarias con el equipo más el esfuerzo personal con las pesas o para pulir el tiro. Lo que le queda de día, lo dedica a estudiar psicología deportiva.
"Esa carrera me ha ayudado a entender que el desarrollo psicológico es fundamental en la vida del atleta de alto rendimiento. Llegué a contratar uno para trabajar con él. He aprendido muchas cosas que espero aplicar cuando esté trabajando como psicólogo. Para mí es un proceso súper vital lo que estoy haciendo con él, una especie de internado intensivo", afirma.
Tanto Haase como Pérez formaron parte del equipo que obtuvo el bronce en el Sudamericano Sub 21 de 2019. Saben que generan ilusión. "Pero jugar por Chile no es presión", aclara Pérez.
