El calor causa estragos en el tenis olímpico. El Ariake Tennis Park es un horno. Se está jugando con una sensación térmica de 40° y una humedad altísima.
Daniil Medvedev, número dos del mundo, sufrió mucho para vencer al italiano Fabio Fognini (31°). Incluso se le vio con problemas para respirar.
En un momento, el umpire Carlos Ramos le preguntó si podía seguir.
"Puedo terminar el partido, pero puedo morir. Si muero, ¿serás el responsable?", respondió el ruso.
"Veía puntos negros por el calor", agregó.
El argentino Diego Schwartzman (13°) también se sumó a las críticas tras su eliminación. "Es inexplicable que nos manden a jugar a las 12 del mediodía con 40 grados. Después de diez, once pelotas, parecíamos ´Walking Dead´", declaró.
En otro partido se produjo un hecho particular. La española Paula Badosa (29°) se retiró de su duelo ante la checa Marketa Vondrousova (42°) tras perder el primer set por un golpe de calor. Salió en silla de ruedas.
Debido a las altas temperaturas la Federación Internacional de Tenis está aplicando la política de calor extremo que ya se utiliza en los Grand Slams de Australia y Estados Unidos. Esto implica que el tiempo de descanso entre el segundo y tercer set es de diez minutos. Al parecer, no está siendo suficiente.
La advertencia de Medvedev y el retiro de Badosa
