Argentina anunció este martes un acuerdo con sus acreedores que le permite alejarse de las consecuencias de un nuevo default, casi 20 años después de que declarase la mayor cesación de pagos de la historia por más de US$100.000 millones.
Tercera mayor economía de América Latina e integrante del G20, Argentina tiene a más de 35% de su población en la pobreza y una inflación anual por encima de 50%.
A continuación, una cronología de la actual crisis económica argentina:
Derrumbe de la moneda
En un lapso de 45 días, entre abril y mayo de 2018, el peso argentino se depreció 20% pese a varias intervenciones del Banco Central, que elevó la tasa de interés a 40% anual, vendió reservas internacionales e inyectó más de US$10.000 millones a la economía para sostener la moneda.
Auxilio del FMI
En 20 de junio de 2018, el FMI aprobó un préstamo por 50.000 millones de dólares para atacar el déficit fiscal y la caída de la moneda. A cambio, el gobierno de Mauricio Macri se comprometió con un severo programa de austeridad.
Más fondos
El 26 de septiembre de 2018, el FMI aumenta su ayuda a US$57.000 millones. El Banco Mundial concede otro crédito por 950 millones de dólares.
Argentina terminó 2018 con 47,6% de inflación, la más elevada desde 1991. El peso perdió la mitad de su valor en el año.
Candidato opositor, favorito
El 11 de agosto de 2019 el peronista de centroizquierda Alberto Fernández consigue el 48% de los votos en las primarias y se convierte en favorito para las presidenciales.
A lo largo de esa semana, el peso argentino se deprecia 20% y la tasa de interés alcanza 80% anual.
El 17 de agosto de 2019 renuncia el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. El 1 de septiembre de 2019 se instaura un control cambiario que limita a 10.000 dólares mensuales la adquisición de divisas para individuos y restringe las transferencias de las empresas al exterior.
Fernández Presidente
El 27 de octubre de 2019 Alberto Fernández gana las presidenciales.
Al día siguiente, Macri endurece los controles de cambio para frenar la caída de las reservas.
El 26 de noviembre de 2019, el presidente electo anuncia que no solicitará el desembolso del último tramo del préstamo del FMI, que queda así en 44.000 millones de dólares.
El 10 de diciembre de 2019, al asumir la Presidencia, Fernández insiste en que Argentina "tiene la voluntad de pagar" su deuda externa, pero no tiene los recursos.
Postergación de pagos en el país
A mediados de diciembre de 2019, con una deuda pública de 324.000 millones de dólares (90% del PIB), el nuevo gobierno anuncia medidas de emergencia, entre ellas un 30% de impuesto sobre las compras y gastos en moneda extranjera.
El 6 de abril de 2020 Argentina anuncia la postergación hasta 2021 de pagos de intereses y amortizaciones de capital de la deuda pública en dólares emitida en el país, calculada en alrededor de 9.800 millones de dólares, por el nuevo coronavirus.
Oferta a bonistas en el exterior
El 16 de abril de 2020 el ministro de Economía, Martín Guzmán, anuncia una oferta de canje de unos 66.000 millones de dólares en bonos a los acreedores privados en el exterior, con la que pagaría 39 dólares por cada 100 de deuda, y con tres años de gracia sin pagos, hasta 2023. Los bonistas rechazan la propuesta.
Default
El 22 de mayo Argentina incumple el pago de US$500 millones en intereses de tres de los bonos sujetos al canje y queda en default por segunda vez en este siglo. En la última semana de julio se le agregan los intereses por US$600 millones de otros dos títulos, que tampoco paga.
Acuerdo
El 6 de julio de 2020, Argentina formaliza una nueva oferta de canje de deuda con la que pagaría 53,5 dólares por cada 100. El 28 de julio, los tres principales grupos de acreedores rechazan la oferta y exigen 56,5 dólares por cada 100.
El 4 de agosto, a horas del vencimiento del plazo para adherir al canje, el gobierno de Fernández anuncia que logró un acuerdo con sus acreedores, que lleva la tasa de recuperación de los bonos a más de 54 dólares por cada 100, al adelantar las fechas de pago.
Se establece el 24 de agosto de 2020 como nueva fecha de cierre para la reestructuración.