VIÑA DEL MAR.- El ambiente era distinto desde el principio. No sólo faltaban los coloridos y cuasi omnipresentes gorros de las "Damitas" de Marco Antonio Solís de la noche inaugural, sino que las parejas se tomaron gran parte de la Quinta Vergara.
Esta vez, ciertamente había una mayor cantidad de público masculino. Algo que quedó en evidencia en cuanto Carolina de Moras y Rafael Araneda salieron al escenario. Antes de que anunciaran a Eros Ramazzoti, chiflidos se escucharon inmediatamente piropeando el siempre impecable look de la animadora.
Con la audiencia ganada, ya para su tercera canción Ramazzotti decidió interactuar más con las primeras filas e intentó que el jurado cantara. No le fue bien, pero Luis Jara tuvo la amabilidad de decir, en italiano, que él no habla el idioma. Por su parte, el intérprete demostró que había hecho las tareas aprendiendo modismos y leyendo el teleprompter dijo: "Está bacán la Quinta Vergara".
Pero la verdadera sorpresa llegaría con "Fábula". Fue para esa canción que un hombre de platea le pidió matrimonio a su pareja. Por suerte para todos, la respuesta fue positiva. De otra manera, la humillación pública habría sido vista por unos 150 millones de personas, la cifra de potenciales televidentes del show. Al mismo tiempo que la pareja se juraba amor eterno y Ramazzotti entretenía al respetable, en galería un perro negro se paseaba entre las personas y buscaba el cariño del público de su propia perruna manera, algo que consiguió con bastante éxito recibiendo incontables caricias.
Aunque el público estaba feliz con Ramazzotti, la audiencia no se mostraba muy activa. Básicamente, el público se paraba y bailaba con hits como "Otra como tú" y "Cosas de la vida", pero aprovechaba cada momento posible para volver a sentarse. Eso no impidió, en todo caso, que al italiano le dieran la gaviota de plata y la "galleta" de oro", el modo en que el astro bautizó sin querer al galardón tras entender mal los gritos de público.
La situación de letargo se revirtió con la llegada del ya nada desconocido comediante Rodrigo González; El también actor despertó al Monstruo pero de una manera positiva para él: lo hizo participar de sus rutinas cargadas de referencias ochenteras y los volvió unos inconformistas, tras hablar de los casos que enlodan a la clase política.
Obviamente, esto no los movilizó como para dar pie a una revolución, pero los animó lo suficiente como para chiflar con todas sus ganas al momento en que, tras la rutina de González, los jurados no calificaron de la manera en que creían justa a los participantes de la competencia.
Finalmente, cuando llegó al escenario Ana Torroja, la ex Mecano pudo seguir disfrutando del cambio de switch en el público: bailaron y cantaron temas de su carrera solista y del trío que formaba con los hermanos Cano.
Esto, a pesar de que ya eran pasadas las dos de la mañana y que parte del repertorio de Torroja suele bajar la intensidad con sentidas baladas. Algo que al público poco le interesó, quizás por los mismos energéticos bailes de la artista que asemejaba más a la vocalista que en los 80 llegó a irrumpir en las radios españolas que a una mujer de 56 años, tal como asegura una partida de nacimiento que pareciera estar equivocada.
