SANTIAGO.- La dibujante Natalia Silva ("Natichuleta") tiene 23 años, risa fácil, carisma y buen humor. Pero la luminosidad que la caracteriza en su vida adulta estuvo ausente en parte de su infancia y adolescencia. ¿La razón? Que por años fue víctima de abuso sexual. Una persona cercana a su familia la agredió en reiteradas oportunidades, y ella guardó silencio, tal como hacen muchos niños en la misma situación.
Un diario de vida le sirvió como vía de escape en aquel entonces. Pero al crecer se dio cuenta sus pensamientos podrían ser útiles para otras víctimas, y decidió transformarlos en una historieta. El resultado es "No abuses de este libro", novela gráfica que acaba de llegar a librerías. En ella, Silva sigue el caso de "Tina" (su "alter ego"), una niña que a los once años comienza a ser violentada sexualmente por su padrastro.
El objetivo de "Natichuleta" es que el libro identifique a niños que están pasando por lo misma que ella vivió. Por ello, el relato es simple e incluso sus primeras páginas (en las que se presenta a sí misma) son lúdicas. Asimismo, quiere crear consciencia para que los abusos comiencen a ser tratados son seriedad por quienes, hasta ahora, no les toman el peso.
"El libro nace a partir de la necesidad de que me crean, de que no se minimice la situación", cuenta la ilustradora a Emol. "Pero también nace porque yo nunca demandé al abusador. Entonces es una especie de justicia personal", añade.
La historieta incluye también al personaje de Superchuleta, una ruda heroína que va al rescate de las víctimas y que entrega un mensaje directo a las mismas. "Cuando te paso algo así la gente te empieza a tratar con pinzas, y eso no me gusta. Por eso empecé a pensar que somos superhéroes de nuestra propia vida, porque nadie va a venir a rescatarnos", cuenta.
Pero en la vida de la estudiante de diseño gráfico de la Universidad Diego Portales, sí hay un "héroe real": su padre, Marcos Silva. El guionista, director y recordado animador de "Plaza Italia" es un pilar crucial para "Natichuleta" en varias aristas de su vida. "Mi papá es el máximo héroe, es el que más me ha apoyado en todo, tanto en la situación del abuso, como también en el proceso de crear este libro. Él me enseñó cómo se puede hacer un guión, me ayudó con el tema del diseño", dice con entusiasmo.
