BEIRUT.- Trabajadores humanitarios socorrían este viernes a los habitantes de la localidad rebelde siria de Madaya, donde un adolescente murió de inanición poco antes de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que reclamó el levantamiento de los asedios en Siria.
En esta ciudad situada al oeste de Damasco, donde la mitad de los habitantes tienen menos de 18 años, sus famélicos residentes recibieron por fin esta semana ayuda humanitaria de las agencias de Naciones Unidas, del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y de la Media Luna Roja siria, tras meses de desesperada espera.
Los convoyes de estas organizaciones entraron lunes y jueves en esta localidad de 40.000 habitantes, después de seis meses de un implacable asedio del ejército sirio.
Y, este viernes, un camión equipado de material médico con un especialista y una enfermera llegaron a la ciudad y ofrecieron "durante varias horas primeros auxilios a los habitantes", explicó a la AFP el jefe de operaciones, Tamam Mehrez.
Según él, se preparaba además la apertura de un centro médico permanente en Baqin, localidad adyacente a Madaya, con el objetivo de ofrecer cuidados médicos a la localidades vecinas.
"Lo que se ve es la magnitud del hambre. Toda la gente te dice que han sobrevivido a base de sopa con agua, especies y comiendo hierbas y hojas", contó a la AFP Hanaa Singer, representante de Unicef en Damasco, que acudió a la ciudad.