SANTIAGO.- Tras la renuncia de Michael Flynn al cargo de Asesor de Seguridad Nacional en el gobierno de Trump, surgen nuevamente las discusiones respecto a la relación que tiene Rusia con la presidencia de Estados Unidos.
La designación de Flynn, sólo 10 días después del cambio de mando, no requirió la autorización del Congreso, convirtiéndolo de inmediato en una de las figuras más poderosas de la Casa Blanca: El principal punto de contacto de Trump con el Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA.
El general retirado, estuvo sólo 24 días en el puesto y tras su renuncia el lunes por la noche, Joseph Keith fue el designado por la Casa Blanca para ser el reemplazo interino.
El general de tres estrellas
Michael Thomas Flynn de 58 años, nació en Middletown, Rhode Island y tuvo sus inicios militares en la universidad, cuando se graduó en el programa de formación para la Reserva del Ejército en 1981.
Este ex general casado y con dos hijos, fue uno de los principales actores en las campañas para desmantelar las redes insurgentes en Afganistán e Irak durante el 2004 y el 2007.
Sus premios incluyen las Medallas: De la Defensa Servicio Superior, Legión de Mérito, Servicio de la OTAN, y otras varias cintas de servicios y de campaña.
El militar condecorado también formó parte del gobierno Obama, cuando el 2012 fue nombrado director de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), el principal organismo militar de espionaje extranjero que opera bajo la jurisdicción del departamento de Defensa.
Sin embargo, dos años después fue dimitido de su cargo a causa de las controversiales opiniones respecto al Islam, criticas a sus superiores sobre su gestión y su visión sobre la agencia.
La razón de su renuncia
La polémica estalló en enero cuando salió a la luz que el general retirado había conversado con el embajador de Rusia en Washington, Sergei Kislyak, antes que Donald Trump asumiera la presidencia.
Según los Servicios de Inteligencia estadounidenses, la conversación telefónica entre flynn y Kislyak fue acerca de la eliminación de las sanciones que el gobierno del ex Presidente Barack Obama iba a imponer a Rusia por los ciberataques ocurridos durante la campaña electoral.
Por la Ley Logan de 1799, es ilegal que ciudadanos del país lleven a cabo gestiones diplomáticas de Estados Unidos.
En Moscú, en tanto, el portavoz del Kremlin dijo que la dimisión de Flynn "es un asunto interno de EE.UU. (...) No es asunto nuestro", por lo que "no queremos comentar este caso de ninguna manera".
En su carta de dimisión, Flynn admitió que "transmitió sin querer al vicepresidente electo y a otros, información incompleta sobre sus conversaciones telefónicas con el embajador de Rusia" en Washington.
Rusia y Trump, una constante temática
Los estrechos contactos de Flynn con Rusia ya habían sido materia de controversia, entre otras cosas por sus apariciones como comentarista en el canal de televisión Russia Today (RT), considerado un altavoz del Kremlin.
Por otra parte, Washington Post también había descrito sus estrechas relaciones con el país ruso, por su promoción y la popularización de anti- Clinton, en conjunto con teorías de conspiración y noticias falsas durante la campaña presidencial de 2016.
Sin embargo, esta cuestionada relación con Rusia se suma a las constantes críticas contra Trump por su cercanía con Moscú.
El pasado 5 de febrero, durante una entrevista para Fox News, el ex magnate defendió las políticas de Putin y las comparó con las de Estados Unidos.
Con este caso y el de Flynn, los políticos y analistas estadounidenses han vuelto a mirar con recelo los pasos del Presidente Donald Trump en relación a su homólogo ruso, Vladimir Putin.