SAO PAULO.- Una huelga de transporte colapsó el tránsito en la mayor ciudad de Brasil y los manifestantes entraron en el Ministerio de Finanzas de la capital el miércoles en una de las protestas registradas en todo el país por los cambios propuestos por el gobierno en la regulación laboral y las pensiones.
Una de los mayores actos tuvo lugar en Sao Paulo, donde decenas de miles de personas protestaron por las calles del centro, dijeron organizadores según medios locales. La policía militar dijo no tener una estimación del tamaño de la protesta.
Tras una manifestación en Río de Janeiro, pequeños grupos de descontentos rompieron escaparates y se enfrentaron a la policía.
En Brasilia, más de 1.500 personas entraron en el Ministerio de Finanzas por la noche y lo ocuparon durante varias horas, según la policía militar y el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, un grupo activista cuya bandera ondeó desde una de las ventanas del edificio.
Sao Paulo se paralizó en parte por una huelga de transporte parcial que comenzó la noche anterior. Menos de la mitad de los autobuses públicos circularon durante la hora punta de la mañana, según responsables del servicio que apuntaron que la mayoría volvió a circular más tarde en el día. Solo dos de las seis líneas de metro operaron con normalidad y tres lo hicieron de forma parcial.
Más tarde el miércoles, manifestantes entre los que había profesores, sindicalistas y activistas de izquierdas tomaron las calles de Sao Paulo para protestar por los cambios propuestos por el Presidente del país, Michel Temer, en la legislación laboral y el sistema de pensiones de la Seguridad Social.
Los críticos dicen que su reforma laboral reducirá la seguridad de los trabajadores y la de las pensiones obligará a muchos a trabajar más tiempo para poder optar a un subsidio, además de reducir los beneficios que disfrutan muchos.
El gobierno de Temer sostiene que los cambios en el sistema nacional de la Seguridad Social son necesarios para evitar su colapso, aunque muchos sindicatos ponen en duda que el sistema de pensiones esté en problemas.
Los cambios laborales darán a las empresas mayor flexibilidad: se ampliarán los contratos temporales, los trabajos a tiempo parcial y las jornadas de trabajo. El ejecutivo sostiene que esta modificación ayudará a sacar a Brasil de la profunda recesión en la que está sumido desde hace dos años, que provocó la subida del paro hasta el 12,6%.
En un discurso el miércoles, Temer explicó que su reforma evitará que Brasil tenga que implementar cambios tan radicales como los que aplicaron en Portugal y Grecia para revivir sus economías.
Pamela Lopes, que trabaja en Sao Paulo, no está de acuerdo y dijo que quiere ver más resistencia a los cambios aunque esto complique los desplazamientos.
"La vida es difícil y el gobierno nos está decepcionando", dijo Lopes, una trabajadora de recursos humanos de 23 años. "Todo el mundo debería estar en huelga".