JALALABAD.- La bomba estadounidense no nuclear más potente de Estados Unidos, lanzada el jueves en el este de Afganistán, destruyó un bastión del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en una zona montañosa y mató a al menos 36 de sus combatientes, indicó el viernes el gobierno afgano, descartando víctimas civiles.
La bomba aérea de artillería masiva (MOAB) GBU-43/B, llamada "madre de todas las bombas", impactó el jueves contra una red de túneles y de cuevas utilizada por el Estado Islámico en el distrito de Achin, situado en la provincia oriental de Nangarhar.
Esta es la primera vez que esta bomba de 9,8 toneladas, de una potencia explosiva comparable a 11 toneladas de TNT, era utilizada en combate.
"El bombardeo destruyó reductos estratégicos de Dáesh (acrónimo árabe del EI) y un complejo de túneles profundo y mató a 36 combatientes" en el distrito de Achin, indicó el ministerio afgano de Defensa en un comunicado.
Anteriormente, el presidente estadounidense, Donald Trump, había aplaudido el ataque efectuado en Afganistán y lo catalogó como un "nuevo éxito".
Por su parte, el palacio presidencial afgano precisó que se habían tomado precauciones para evitar víctimas civiles.
No hay "ninguna razón para pensar" que había civiles presentes en el momento de la explosión, aseguró el capitán de la nave, Bill Salvin, portavoz de las fuerzas estadounidenses en Afganistán.
Según un portavoz de las fuerzas especiales afganas en Nangarhar, sólo quedaba una familia en el valle Mamand Dara, objetivo de la bomba.
"Ayer recibimos la orden de transferirlos a varios kilómetros de ahí (...) La familia civil está en seguridad", indicó el oficial Ahmad Jawed Salim.
Debido a los túneles y las trincheras, "era casi imposible avanzar ahí", añadió, precisando que dos días antes, las tropas en tierra, objeto de una emboscada, sufrieron pérdidas. "Ahora, nuestras fuerzas avanzan en el valle, y por el momento no ha habido resistencia", detalló.