LONDRES.- El ministro de Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson, afirma que Estados Unidos puede volver a atacar posiciones del régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, en un artículo publicado este domingo en el diario británico The Sunday Telegraph.
"Estados Unidos ha golpeado y, por supuesto, puede volver a golpear. Eso crea una ambigüedad que debería pesar sobre las mentes culpables de Damasco", comenta el jefe de la diplomacia británica.
Johnson califica a Al Asad es un "architerrorista" y asegura que el Reino Unido y sus aliados reunirán pruebas para "perseguir por crímenes de guerra a los responsables" del supuesto bombardeo químico del pasado día 4 en Siria.
Esa agresión llevó a Washington a lanzar 59 misiles de crucero sobre una base aérea siria como represalia el día 7 de abril, además de la detonación de la "madre de todas las bombas" esta semana.
A pesar de que el régimen ha negado su responsabilidad en el ataque, Johnson sostuvo que Estados Unidos, el Reino Unido y sus "aliados clave" creen que "es altamente probable que fuera un ataque de Al Asad contra su propia gente, usando armas prohibidas hace casi cien años".
El ministro de Exteriores reitera además que Moscú debe utilizar su influencia en Siria para acabar con la crisis.
Al Asad "es literal y metafóricamente tóxico, y ha llegado el momento de que Rusia lo entienda. Todavía tiene tiempo de estar en el lado correcto", indica.
"Los rusos le salvaron (a Al Asad) y los rusos pueden ayudar a derrocarlo", señala.
Para Johnson, Moscú puede "unirse a una coalición de más de 60 países para combatir al Estado Islámico (EI) y mantener sus intereses estratégicos en Siria, con la perspectiva de tener una relación más productiva con el presidente [de Estados unidos, Donald] Trump".
Rusia "todavía cuenta con innumerables grupos rebeldes a los que subyugar, pero se han incluido a sí mismos en una liga de supervillanos con Hizbulá y Al Asad. ¿Es eso lo que quieren?", se pregunta el diplomático británico.
"Todos sabemos que estamos muy lejos de cualquier despliegue a gran escala, de cualquier gran acción occidental en Siria", señala.
"Las lecciones de la invasión de Irak en 2003 son dolorosas y, comprensiblemente, afectan a los políticos y los ciudadanos de ambos lados del Atlántico", afirma.