SANTIAGO.- La sede de la empresa de caudales Prosegur fue el escenario del ahora denominado "asalto del siglo", que remeció a Ciudad del Este, en Paraguay. Entre 40 y 50 hombres, presuntamente brasileños y paraguayos, irrumpieron con armas de alto calibre y robaron un millonario botín, dejando un agente muerto y varios heridos. Luego protagonizaron una persecución que los llevó hasta Brasil, donde tres de ellos fueron abatidos por la policía.
Pero la elevada coordinación de la operación criminal fue lo que sorprendió a las autoridades. El gobernador de Alto Paraná, Justo Zacarías, afirmó que "la empresa de caudales está destrozada y el ataque causó un caos y terror en la ciudad. Nunca ocurrió algo así en Paraguay".
A pesar de que el monto del botín no ha sido revelado, miembros de la empresa aseguraron que la bóveda estaba probablemente llena, aunque ello no ha sido certificado. Tiene una capacidad para albergar 40 millones de dólares.
Ciudad marcada por el contrabando
El asalto a Prosegur, una empresa que se especializa en el transporte de altas sumas de dinero en efectivo, ocurrió en la localidad fronteriza de Ciudad del Este, que colinda con Brasil y Argentina.
Es la segunda urbe más poblada de Paraguay, a 350 kilómetros de Asunción, y precisamente por ser la ciudad cercana a las tres fronteras, se caracteriza por su actividad principalmente comercial. Sin embargo, también está marcada por la alta presencia de organizaciones de contrabandistas, narcotraficantes y traficantes de personas.
El robo
Autoridades han informado que el robo se produjo durante la madrugada y se generó a través de una serie de explosiones que destruyeron el recinto y algunas casas aledañas. Los asaltantes llevaban máscaras, uniformes militares, chalecos antibalas y armas de grueso calibre.
Sin embargo, además, los sujetos dedicaron especial atención en crear una barrera de contención para evitar que la policía llegara hasta la zona. Para ello, incendiaron 15 vehículos y otros cuatro fueron abandonados, pero posicionados de forma estratégica para cerrar las calles cercanas. En éstos, introdujeron proyectiles que, cuando explosionaron, confundieron a los efectivos policiales, quienes atribuyeron el sonido al tableteo de una ametralladora.
A eso, se sumaron una serie de francotiradores que vigilaban el entorno para evitar cualquier amenaza. Según relató la fiscal de Ciudad del Este, Denise Duarte, todos estos factores provocaron que el personal de seguridad no pudiera ingresar a la zona de inmediato y que debiera protagonizar un largo tiroteo.
"Fueron dos horas en que la policía no podía llegar al lugar (…) les costó muchísimo porque había francotiradores y porque incendiaron autos a la entrada de la jefatura para no permitir la salida de refuerzos", agregó según consigna la agencia AFP. En ese enfrentamiento murió un agente del Grupo Especial de Operaciones, identificado como Sabino Ramón Benítez, que custodiaba la zona.
La huída
Tras lograr neutralizar a los uniformados, los delincuentes huyeron en cuatro vehículos rumbo a la frontera con Brasil. En el camino, lanzaron "miguelitos" para pinchar los neumáticos de quienes los perseguían.
Más tarde, la policía informó de un nuevo enfrentamiento. Esta vez en territorio brasileño, específicamente en la ciudad Foz de Iguazú, en el estado de Paraná, también fronterizo. Allí, presuntamente fueron abatidos tres sujetos y otros cuatro fueron detenidos. Otros, según medios locales, habrían huido en lancha hacia el interior de la selva.
La investigación
Las investigaciones preliminares señalan que los autores del asalto pertenecen o tienen vínculos con el Primer Comando Capital (PCC), una conocida y peligrosa banda criminal brasileña que opera desde Sao Paulo. De hecho, según se informó, varios de los automóviles que fueron utilizados en el asalto poseían patentes de ese país, y testigos relataron que algunos de los responsables hablaban portugués.
El robo de gran envergadura desató intensos operativos en los tres países fronterizos. El Presidente de Paraguay, Horacio Cartes, ordenó un despliegue militar para vigilar el paso de los asaltantes hacia otras naciones.
Su par brasileño, Michel Temer, aseguró que se apoyará a la policía paraguaya "con todos los recursos necesarios", y la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, afirmó que el Ejecutivo trasandino están a la disposición de Paraguay en esta materia.
El comandante de la Policía paraguaya, Luis Rojas, dijo no descartar la complicidad de policías uniformados en el asalto y anunció que se investigará a la cúpula policial de Ciudad del Este, los cuatro principales comisarios, por presunta "negligencia o complicidad". "Voy a buscar los medios, los mejores hombres y trabajar para dar con esta gente, identificarlos, perseguirlos", sentenció.
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