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A favor del aborto terapéutico: Las razones de los chilenos que apoyan su despenalización

Según cifras de la encuesta Cadem, un 69% aprueba el proyecto que permite la interrupción del embarazo en tres causales y según el Injuv, un 87% de los jóvenes adhiere a la medida. Esto es lo que piensan algunos de ellos.

11 de Marzo de 2016 | 12:21 | Por Millaray Lezaeta, Emol
SANTIAGO.- El Gobierno de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, presentó un proyecto que busca despenalizar el aborto terapéutico en tres causales: violación, riesgo de vida de la madre e inviabilidad del feto. La iniciativa ya fue aprobada por la comisión de Constitución de la Cámara, pasó a la comisión de Hacienda y, de ser aprobada en dicha instancia, se dará paso a su votación en Sala.

Pero a pesar del avance del proyecto, continúa recibiendo fuertes críticas por parte de algunos sectores de la Democracia Cristiana y los partidos de oposición.

La discusión continúa fuera del Congreso, donde a pesar de que las encuestas revelan que la mayoría de los chilenos apoya la despenalización del aborto (69% según Cadem), existe un 26% que se opone.

De acuerdo a las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada año se realizan 22 millones de abortos peligrosos en el mundo y 47 mil de estos provoca la muerte de la madre.

Unas 5 millones de mujeres ingresan a hospitales tras la interrupción del embarazo en condiciones adversas, pero tres millones no reciben atención médica. Las principales complicaciones son: aborto incompleto, hemorragias, infección, perforación uterina y daños en el tracto genital.

En Chile el aborto es la tercera causa de mortalidad materna, según información del Ministerio de Salud (Minsal, 2014). Un 17% de las muertes maternas se produce por interrupciones del embarazo de manera clandestina.

Según cifras del Departamento de Estadísticas e Información de Salud del Minsal (DEIS), la mayor tasa de egresos hospitalarios por aborto corresponde a mujeres de entre 20 y 44 años de edad.

Chile es el único país de Sudamérica donde el aborto terapéutico no está permitido. Y junto a Malta, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua y la Ciudad del Vaticano, compone la lista de las seis naciones a nivel mundial que lo prohíben en cualquier caso.

Pero en nuestro país no siempre ha sido así: entre 1931 y 1989 el aborto terapéutico estaba permitido, hasta que en el último año de la dictadura, la Junta Militar decidió modificar el artículo 119 del Código Sanitario, señalando que: "No podrá ejecutarse ninguna acción cuyo fin sea provocar un aborto".

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abortos se realizaron en Chile durante 2013 atendidos por un servicio de salud, según cifras del Minsal


Es una decisión personal


"Creo que llevar a término un embarazo no deseado es de una crueldad tremenda para la mujer. Que otro decida por una persona que va a llevar durante casi nueve meses un embarazo que ella no quiere es absurdo", asegura Pamela Arce (34), abogada, Viña del Mar.

"La dueña de mi cuerpo soy yo. Nadie va a sentir o a sufrir los cambios y emociones que yo voy a sentir si tengo un embarazo no deseado. Al final quiero tener el poder de decidir sobre mí y sobre mi cuerpo y bienestar. Si yo no me siento preparada para ser madre ¿cómo podré hacerlo bien?", explica Aracelli Cerda (25) psicopedagoga, Santiago Centro.

"Estoy de acuerdo con el aborto terapéutico y también con que la mujer tiene derecho a elegir con seguridad absoluta de determinarlo voluntariamente. Eso sí, para mujeres fuertes y sin llorar por arrepentimiento", dice Lenka Díaz (54), pintora, Villa Alemana.

"Estoy a favor porque los hijos en primer lugar tienen que ser deseados y concebidos con amor", agrega Carmen Esponda (74), jubilada, La Reina.

"Creo que no se puede obligar a una mujer a tener un hijo de una experiencia traumática. El obligar a llevar a término un embarazo que no es viable, más que un negocio es una falta de criterio, una maldad escondida tras una falsa moralidad", señala Magaly Amame (40), encargada de hotel, Algarrobo.

"Se debe permitir el derecho a decisión y en el mundo es una realidad excepto en Chile, sin moralidades conservadoras", argumenta Juan Pablo Delgado (29), profesor de historia, Vitacura.

"Me imagino lo traumático que debe ser para una mujer el ser violada, los abusos, los golpes, el miedo, etcétera. Súmale ahora llevar la carga de tener dentro de sí a un bebe durante nueve meses para luego criarlo por el resto de la vida. Culminar el proceso de abuso con un bebé que tal vez ella no quiera, es mucho más traumático y difícil de olvidar", afirma Lucciano Zepeda (25), estudiante, Las Condes.

Una evidencia de las diferencias sociales



"Las personas más pudientes que abortan lo hacen bajo el radar, porque pueden costear un médico privado, a diferencia de la gran mayoría de la sociedad que no puede, y lo exige", afirma Juan Pablo.

"Claramente en los niveles altos son más frecuentes, pero más escondidos. La plata tapa todo", puntualiza Magaly.

"La gente con plata en Chile lleva a sus niñitas a abortar a otro país, pueden pagar por ello e inventar que fueron a Disney y ‘solucionar’ el tema. En cambio la niña humilde, de familia sin recursos, se ve obligada a tener a ese hijo para no ser vista como una criminal", opina Pamela.

"La discusión evidencia que no estamos ni cerca a tener una mirada desarrollada y la práctica es un caso más en que se aprecia la desigualdad de derechos de facto según tu ingreso", afirma Pablo Valenzuela (27), empresario independiente, Ñuñoa.

“Me parece muy injusto que una persona que tiene el sustento económico se pueda realizar un aborto de manera higiénica y segura; y aquella mujer que no tiene los recursos deba hacerlo escondida y en condiciones denigrantes”, dice Aracelli.

Un tema pendiente para las políticas públicas



"Donde más se nota nuestro subdesarrollo es en las políticas públicas. Creo que la iglesia aún influye mucho en las decisiones de un país, que por lo demás es laico. No somos el Vaticano", enfatiza Pamela.

"Me parece que es insostenible que se penalice con cárcel el aborto, cuando se supone que somos un país ‘avanzado’, ahí se denota que Chile es económicamente sólido, pero desigual, y moralmente muy conservador y retrógrado en el plano legal", dice Juan Pablo.

El doble estándar sobre el tema



"Las personas de mi edad o mi generación se están poniendo una venda en los ojos. El aborto ha existido siempre. Encubiertamente y no, siempre. Estas generaciones de ahora son más cartuchas", explica Carmen (74).

"Las viejurras antiguas se hacían en su vida más de 15 abortos escondidos y nadie les decía nada, y después iban a la Iglesia y pasaban piola. Que atroz. ¡Viva el poder y decidir por ti!", enfatiza Lenka (54).

"Debería estar permitido y la mujer a la que sus valores no se lo permitan, que no lo haga. Pero a la que no le moleste, que tenga la posibilidad de hacerlo sin sanciones", argumenta Magaly.

"Con mayor o menor riesgo para las embarazadas. Lo han hecho por años en las clínicas donde le ponen que a la niñita 'la operaron de apendicitis' o 'le sacaron una hernia', y la realidad es que le provocaron un aborto", añade Carmen.


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