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Ana Lya Uriarte, la pieza clave de la tensa última semana de Campos con Bachelet

El epílogo del gobierno estuvo marcado por reuniones, borradores de decretos y las negativas del ex ministro de Justicia para acceder a las solicitudes de la jefa de gabinete de la ex Presidenta.

14 de Marzo de 2018 | 13:08 | Por María Octavia Rivas, Emol
SANTIAGO.- "No me pronuncio de las reuniones privadas que tuve con autoridades de gobierno ni el sábado ni el domingo", señaló esta mañana el ex ministro de Justicia sobre las polémicas por Punta Peuco y la designación del ex fiscal del caso Caval, Luis Toledo, como notario de San Fernando que marcaron sus últimos días en el gabinete de Michelle Bachelet.

Su frase confirma que en las horas previas al cambio de mando existió una serie de reuniones entre él, la Presidenta y su jefa de gabinete, Ana Lya Uriarte, que terminaron por marcar una fuerte distancia entre el ex ministro y el bacheletismo.

Los problemas comenzaron el lunes 5 de marzo, cuando Campos asegura haber recibido "instrucciones superiores" para designar al ex fiscal del caso Caval, Luis Toledo, como notario en reemplazo de otro postulante, Alberto Ortega.

"Yo un día viernes designé al señor Ortega y el día lunes recibí instrucciones superiores que me decían que tenía que designar al señor Toledo", dijo esta mañana en entrevista con Radio Universo.

Al ser consultado quién le dio esas instrucciones, respondió que fueron "autoridades superiores obviamente. (…) Pero eso que ocurrió el día lunes y era absolutamente legal, estaba dentro de mis facultados hacerlo, pero yo no quise provocar esa situación". Agregó que está consciente que el nombramiento era polémico: "por esa razón es que el día viernes yo había firmado un decreto designando notario en San Fernando a un señor de apellido Ortega, a quien no conozco".

Sobre quién es la persona que llamó a Campos para pedir nombrar a Toledo, desde el entorno de Campos apuntan a la jefa de gabinete de Bachelet, Ana Lya Uriarte, la misma que también participó en los encuentros del fin de semana pasado por el fallido cierre de Punta Peuco.

Consultado para esta nota si la persona a la que se refería era la ex jefa de gabinete, Campos respondió que "no hablo de personas". Uriarte fue interrogada por el caso Caval en 2016 por los trabajos prestados a la firma de Natalia Compagnon y Mauricio Valero.

"La relación con Caval se desarrolló entre los meses de mayo y julio de 2012, está debidamente rendida, y durante su desarrollo imperó un trato estrictamente profesional, y apegado, también estrictamente a los términos en que la asesoría legal de carácter exclusivamente ambiental nos fue solicitada", explicó Uriarte el 1 de abril de 2016 en una carta diputados de oposición que le habían pedido aclarar su relación con Caval.

La designación de Toledo fue una de las últimas polémicas que se instaló en el gobierno de Bachelet y tras asumir el gobierno de Sebastián Piñera, el ministro de Justicia, Hernán Larraín, decidió congelar el nombramiento aludiendo que era "sospechoso" para la ciudadanía. Posteriormente, fue el propio Toledo quien renunció a seguir en carrera por el cargo.

Emol pidió una reacción de Uriarte frente a este episodio, pero se informó a través de un cercano que no se referiría al caso.

Punta Peuco


Quienes conocen la historia de la última semana de Campos en el cargo, aseguran que fue Uriarte quien estuvo en el centro de las conversaciones que lo llevaron a enfrentarse a Bachelet y a negarse a cumplir su última orden.

El sábado 10 de marzo, después de almuerzo, Campos recibió -según comentan cercanos al ex ministro-, un correo de Uriarte pidiéndole llegar esa noche una hora antes del inicio de la cena oficial que ofrecía la Presidenta saliente a las comisiones extranjeras.

Campos llegó entonces junto a su esposa a La Moneda cerca de las 7 de la tarde, y de inmediato se trasladó a las oficinas del gabinete político. En el encuentro estuvieron Campos, el entonces ministro de Interior, Mario Fernández, y Ana Lya Uriarte, señalan las mismas fuentes.

"Jamás lo habría hecho, jamás lo habría firmado puesto que me parece incorrecto, inoportuno estar ejecutando actos en las últimas horas antes que termine el mandato, esas cosas no se hacen, y mi conciencia me lo impide"

Jaime Campos
Según ha relatado el ex ministro de Justicia a su entorno, fue allí cuando le plantearon la necesidad de firmar un decreto de dos artículos que modificaba el status administrativo de Punta Peuco y lo transformaba en un penal para adultos mayores y discapacitados. No se establecía su cierre precisan quienes conocieron el texto del documento.

El lunes la ex subsecretaria de DD.HH., Lorena Fries, dijo que "yo vi el decreto firmado" y aseguró que éste “cerraría simbólicamente el penal". "Yo vi los documentos, el documento estaba firmado".

Una ex autoridad del gobierno de Bachelet precisa que en la reunión Campos manifestó su oposición a firmar ese decreto por dos razones. Primero, porque no se requería de un decreto para cambiar el uso del penal, "bastaba con uno de Gendarmería".

En segundo lugar, el ministro señaló que no había cómo implementar el posible traslado de reos a esa hora de un sábado, previo al cambio de mando. Su oficina estaba cerrada, no había cómo ponerle fecha o asignarle folio.

Pese a todo, Campos pidió estudiar el decreto. Fuentes cercanas al ex ministro indican que se comprometió a dar su respuesta al día siguiente, que se llevó el documento en una carpeta y partió a la cena.

Antes de la foto…


A las 8.30 del día siguiente, comenzaron a llegar los ministros del gabinete saliente al Palacio de La Moneda para la última foto oficial.
Sin embargo, Campos se dirigió a las oficinas del gabinete presidencial. Allí lo esperaban, Uriarte y la Presidenta Michelle Bachelet esta vez.

Lo que allí se habló es lo que hoy es el principal foco de tensión en relación a Punta Peuco. Desde el entorno de Campos aseguran que fue la propia Presidenta quien insistió en la necesidad de dar una señal al mundo de los DD.HH. y que el decreto era la fórmula. Campos se molestó e insistió en que para él era "improcedente" e "inoportuno" realizar el cierre a horas del cambio de mando, y cuando no había ninguna forma de ejecutar el traslado.

Los mismos adjetivos usó esta mañana en una entrevista con radio Universo para referirse al caso: "Considero inapropiado, inoportuno que el sábado a horas del cambio de mando pueda ejecutar un acto del ministerio, porque carecía de eficacia jurídica. Eso era para generar un hecho político comunicacional", señaló.

"Jamás lo habría hecho, jamás lo habría firmado puesto que me parece incorrecto, inoportuno estar ejecutando actos en las últimas horas antes que termine el mandato, esas cosas no se hacen, y mi conciencia me lo impide", agregó.

En la misma conversación se le preguntó por la reunión con la Presidenta, Uriarte y Fernández ocurrida minutos antes de la foto oficial, a lo que respondió: "yo sobre reuniones privadas que tengo o que tuve con la Presidenta o cualquier otra autoridad el sábado o el domingo no puedo emitir opinión porque son reuniones privadas".

Según varios de los presentes, la molestia de Campos esa mañana era evidente y así quedó plasmada en la foto oficial donde se ve muy serio y en el extremo derecho, al final de la hilera.

Consultado sobre por qué se ve molesto en la imagen de ese día, que ayer LUN llevó en portada, Campos respondió en radio Universo que: "Es probable que haya estado por alguna razón molesto, la gastritis me tenía complicado (…) a estas alturas son pocas las cosas que me enojan. Pero particularmente cuando estoy con mi conciencia tranquila y que he obrado según mis convicciones".

Agregó que "de lo que hubiese sido, si me lo hubiesen planteado el sábado o me lo hubiesen planteado el día domingo, ten la seguridad que yo me habría negado a cualquier cosa que me hubiesen solicitado, independientemente de la identidad de quien me lo hubiere pedido".

Mateluna, el último intento


Para el ministro, tal como ha comentado en diversos encuentros privados estos días -entre ellos una reunión con el presidente del PR, Ernesto Velasco-, firmar el decreto que se le mostró como borrador era impensable. La discusión fue dura y él llegó a usar los térmimos de "patético" y "kafkiano" en el encuentro, según ha relatado.

Para él, el decreto no tendría efectos jurídicos pues quedaban horas para el cambio de mando, no había cómo darle formalidad al decreto por estar su cartera cerrada y era aún más complejo pensar en un traslado el mismo día del cambio de mando.

Fue entonces que Ana Lya Uriarte lo habría sorprendido, según el mismo relató, con que firmara el indulto a Jorge Mateluna, el ex frentista detenido por un asalto a un banco y condenado a 16 años.

Campos también se opuso a un tema que ya había rechazado en los días anteriores, cuando se le pidió firmar el indulto. Su argumento fue uno: el reo está rematado, con condena a firme en la Corte Suprema y en Chile las resoluciones judiciales no son revisables, pues esa es la base de la independencia de tribunales. Además -reza en un escrito con que Campos respondió a La Moneda-, Mateluna tampoco había cumplido la mitad de su condena y ya había sido indultados, dos razones jurídicas que hacían inviable cualquier beneficio.

En la entrevista con Radio Universo también se le consultó por Mateluna, a lo que respondió que: “Si me lo hubiesen planteado obviamente lo habría rechazado, pero no me pronuncio de las reuniones privadas que tuve con autoridades de gobierno ni el sábado ni el domingo”.

Agregó que le habría encantado terminar su gestión ministerial "razonablemente exitosa, el ministerio que entregué no tiene nada que ver con el que recibí". "Es obvio que me habría gustado entregar el ministerio de forma distinta pero las dos situaciones que tú señalas no han sido causadas ni provocadas por mí, de manera que los que las causaron bueno que ellos respondan o que expliquen", fueron sus últimas palabras.

Un cercano que ha estado con Campos en estos días sostiene que el lunes fue a entregar el ministerio a su sucesor, Hernán Larraín, y que pidió que la guardia de Gendarmería le rindiera honores a la nueva autoridad.

En el encuentro de media hora, Larraín y Campos hablaron de todo lo ocurrido el fin de semana. Las mismas fuentes aseguran que varios ministros entrantes agradecieron a Campos negarse a firmar el decreto, un tema que inquietó fuertemente al oficialismo el día sábado. Tras la cita, Campos se retiró y la misma guardia esta vez se despidió de él. Fue la última vez que pisó el ministerio.
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