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"Era una niña triste, ahora es un joven feliz": Las experiencias de éxito de colegios con alumnos transgénero

Mientras en la comisión mixta del Congreso se discuten los alcances del proyecto de ley de identidad de género, desde hace un tiempo que hay establecimientos que impulsan políticas integradoras para sus estudiantes.

13 de Abril de 2018 | 12:24 | Por Diego Almazabar, Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- El éxito de la "Una Mujer Fantástica" en los Oscar 2018, no solo marcó un hito en el cine chileno, sino que también reactivó un debate pendiente sobre la realidad de niños y niñas transgénero.

"En mi carnet hay un nombre que no es ni nombre, y es porque el país donde nací no me entrega esa posibilidad", sentenciaba Daniela Vega en La Moneda, días después de ganar el premio.

Un mes y medio despúes de este logro, el reconocimiento de la identidad de género tomó fuerza y es lo que ha marcado la agenda pública con un proyecto de ley que se discute en el Congreso, cuyo aspecto más controversial ha sido el cambio de sexo registral en menores de edad.

Sin embargo, anterior al debate, muchos establecimientos ya habían enfrentado la realidad de niños transgénero. Alumnos que vivieron los cambios con sus familias, después en la sala de clases, junto a los compañeros de curso, profesores y directivos.

Políticas integradoras


En abril de 2017, el Mineduc y la Superintendencia de educación enviaban una circular para resguardar los derechos de los estudiantes trans dentro del sistema escolar. El documento indicaba que se debía respetar el nombre social del niño, darles facilidades con el uniforme y en el uso de baños.

Pero antes de esto, la Fundación Renaciendo, creada por un grupo de más de 54 padres con niños trans, ya asesoraba colegios para implementar políticas de integración. Desde su creación, hace tres años, ya han apoyado más de 50 colegios.

50Colegios han sido capacitados por la Fundación Renaciendo
Uno de estos establecimientos fue el Francisco de Miranda de Peñalolén, donde Mónica Flores, la presidenta de la fundación, matriculó a su hijo en pre- kínder, meses antes de que iniciara su tránsito para ser niña.

Rosana Henríquez, a cargo del programa de inclusión, cuenta que el colegio tiene una cultura inclusiva para sus alumnos donde son llamados por su nombre social. "Aquí se acogen a todos y esa es una filosofía donde lo importante es la diversidad, que todos somos distintos".

Pero era la primera vez que recibían una alumna trans. "Dentro de las evidencias estaban en que siendo varón para nosotros prefería juegos más asociados a niñas; fue clave cuando le hicimos una entrevista y el chico se refería a sí mismo en términos femeninos. Esto lo vimos cuando la niña estaba en la mitad de pre-kínder, y empezó su tránsito llegando a kínder".

"Aquí se acogen a todos y esa es una filosofía donde lo importante es la diversidad, que todos somos distintos"

Rosana Henríquez, Colegio Francisco de Miranda
Durante el proceso, para contarles a los apoderados del curso los padres hicieron un video en primera persona, narrando cómo su niño fue transformándose en niña. Hernández recuerda que "fue muy testimonial ese encuentro, los papás tuvieron una gran apertura porque fue una historia bien preparada que apelaba a la empatía".

Después faltaban los compañeros. La fundación sugirió que la mejor forma de contarles era con un cuento que se llama "La gran confusión", la historia de una hada encargada de recibir a los bebés y darles su sexo, pero que una vez se equivocó con uno de ellos. Para remediar su error, la hada tiene que decirle a los padres que su hijo en verdad era una niña y que lo mejor es que la acepten como tal.

"De alguna manera esta historia ayudó a que los niños entendieran ese tránsito y luego no fue mucho más tema para ellos", agrega Henríquez.

El problema está en los adultos


"Nos definimos como un liceo en vías de la inclusión, por lo tanto el respeto al otro es fundamental para construir relaciones estables y de confianza", dice Mario Díaz, director del Liceo Técnico de Valparaíso.

En este lugar estudian cinco niños transgénero. Y eso, para Díaz, también significa que hay que cuidarlos y "buscar fórmulas para no provocar discriminación o algún sesgo de discriminatorio de parte de sus compañeros, profesores y asistentes de la educación".

Desarrollamos el proceso de acogida al interior del establecimiento donde los reconocimos por su nombre social

Mario Díaz, Liceo Técnico de Valparaíso
Tiempo después, en un consejo de profesores sellaron un acuerdo para empezar una capacitación. "Desarrollamos el proceso de acogida al interior del establecimiento donde los reconocimos por su nombre social y les permitimos venir con la ropa que ellos estimen conveniente. Por ejemplo, tenemos una alumna que solicitó venir con jumper. Tienen alternativas".

Tras los cambios, el director cuenta que "donde hubo más dificultades fue con los adultos, pero entre los jóvenes hacen actividades recreativas y no hay ninguna problemática de molestarlos ni nada. Pero si hemos tenido que conversar con algunos funcionarios que tienen otra visión sobre esto, entonces ha habido un aprendizaje en torno a ello".

"Teníamos una niña triste, ahora tenemos un joven feliz"


El Instituto Rafael Ariztía de Quillota indica que su proyecto educativo es integrar a todos. Por eso cuando una de sus alumnas hizo el tránsito para ser alumno, el colegio fue acompañando cada proceso.

"Es un estudiante que ha estado desde pequeños con nosotros", dice Jessica Torres, vicerrectora del Instituto. Pero fue en séptimo básico donde se empezaron a evidenciar los cambios, aunque recién en segundo medio fue reconocida su identidad y llamado por su nombre social.

Torres recuerda que fue un camino complejo: "Estuvimos tres años siguiendo en conversaciones con la familia y dando algunos pasos, por ejemplo, al corte de pelo de dama a varón, de usar un uniforme distinto. Todos esos pasos se dieron en concordancia con la familia".

Para nosotros esto ha sido una lección, que es visibilizar lo que siempre estuvo tapado por una serie de cosas que hizo que personas sufrieran discriminación"

Jessica Torres, Instituto Rafael Ariztía
El recinto también se preparó: Se realizaban capacitaciones a los profesores, asistentes y enfermeras sobre cómo tratar a un niño trans. Se han hecho charlas a nivel de alumnos y de apoderados. No obstante, Torres reconoce que con los adultos "se ha trabajado de manera incipiente, porque a veces el tema es más complejo para ellos que los jóvenes".

Rápidamente, sus compañeros lo aceptaron. "Como él estuvo siempre en el mismo curso, todos fueron evolucionando con él en este camino, siempre lo acogieron como un varón".

Torres asegura que "para nosotros esto ha sido una lección, que es visibilizar lo que siempre estuvo tapado por una serie de cosas que hizo que personas sufrieran discriminación y que no pudieran optar por una vida plena".

"Teníamos una niña triste, ahora tenemos un joven feliz. Y súper integrado", dice.
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