En agosto de 2006 el matrimonio Vera-Rojas tomó la decisión de adoptar a Martina, cuando tenía sólo tres meses de vida. La niña fue diagnosticada tiempo después, a los ocho meses, con el síndrome de Leigh; una enfermedad neurológica de origen genético, progresiva y degenerativa, que se caracteriza por lesiones en el tálamo, cerebelo, corteza cerebral y la médula espinal. Este será el primer caso en que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tendrá que pronunciarse sobre el accionar de una isapre, en el que se discutirán las obligaciones que surgen para el Estado. Esto, por una denuncia por la "falta de protección y vulneración de los derechos humanos" de una niña con discapacidad. Según la presentación, la isapre MasVida puso término "de manera unilateral y arbitrariamente" lo convenido por calificar la enfermedad de crónica, el régimen de "hospitalización domiciliaria" que la niña requería de modo esencial para su supervivencia, y que tenía una cobertura especial.