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Clima político y "condiciones" para gobernar: Los efectos que abre la distancia que obtenga el ganador de la presidencial

Expertos destacan que el respaldo con el que gane un candidato tiene "directa relación" con la imagen que se tendrá del gobierno entrante.

07 de Diciembre de 2025 | 09:30 | Por Daniela Toro, Emol
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Jeannette Jara (PC) y José Antonio Kast (Republicanos).

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Quedan 8 días para la segunda vuelta presidencial y los candidatos José Antonio Kast (Republicanos) y Jeannette Jara (PC), han protagonizado fuertes emplazamientos en la recta final de una polarizada campaña.

Jara pasó al balotaje con un 26,85% y Kast lo hizo con un 23,92%. Ese fue el "punto de partida" con el que los candidatos buscaron conquistar los votos de los candidatos perdedores, entre ellos, los de Franco Parisi (PDG), quien obtuvo un sorpresivo 20% de respaldo.

En ese despliegue de búsqueda de votantes, los candidatos iniciaron giras por el país y han reforzado sus posturas en torno a los temas con los que la ciudadanía los asocia. Kast ha explotado el tema de la seguridad -incluso con advertencias a migrantes irregulares a abandonar el país antes del 11 de marzo-, y Jara ha apostado por propuestas en materia social.

Hasta antes de la veda, los sondeos de cara a la segunda vuelta daban una amplia ventaja a Kast por sobre Jara; el republicano obtenía una ventaja que sería superior al 55%.

No obstante aquello, aún queda un tramo de carrera presidencial y desde el comando de Jara han defendido que la candidata ha mostrado un alza. Ella misma dijo en el lanzamiento de su campaña, el fin de semana recién pasado, que "esta elección sigue abierta a pesar de lo que algunos quieran instalar".

Así las cosas, es posible trazar escenarios hipotéticos en torno a los resultados del balotaje, puesto que el impacto político, institucional y la percepción de triunfo no será la misma con un resultado estrecho o con uno holgado.

En conversación con Emol, expertos revisan los efectos si gana Jara con un 52% vs un 48%; o si se da el escenario donde Kast gane con un 60% versus un 40%, o con respaldos del 52% o el 55%.

La "magnitud" de la ventaja


Jaquelin Morillo, académica de la Facultad de Economía, Negocios y Gobierno de la U. San Sebastián, comenta que los distintos escenarios posibles no solo reflejan variaciones asimétricas en la distribución del voto, "sino también diferencias cualitativas en la naturaleza del mandato presidencial y en la configuración del equilibrio político que enfrentará el gobierno entrante".

La experta explica que la magnitud de la ventaja (o su ausencia) se convierte en un recurso central para interpretar la capacidad del Ejecutivo de articular coaliciones, impulsar reformas y estabilizar su relación con un Congreso fragmentado y competitivo.

"De este modo, la segunda vuelta no solo definirá quién gobierna, sino también en qué condiciones lo hará, delimitando el espacio de acción institucional y el horizonte estratégico de ambos bloques en un sistema político tensionado por la polarización, la incertidumbre y la necesidad de construir mayorías efectivas", asegura.

En la misma línea, Felipe Vergara, analista político de la UNAB, comenta que "los escenarios que se den, dependiendo del porcentaje de diferencia entre quien gane y quien pierda, tiene directa relación con la mirada que se vaya a tener de gobierno".

Así, si un candidato gana con un 60% y el otro queda con el 40%, el empoderamiento gubernamental de quien llegue a la Presidencia "es mayor", y se "abre una sensación, que en cierto sentido es real, de que el 60% está apoyando lo que ese candidato o candidata plantea".

"Cuanto más se va estrechando el porcentaje de triunfo y derrota, el nivel de gobernanza se hace más complejo, porque el porcentaje de oposición es más fuerte. En el caso de un 52% versus un 48%, significa que poco más de la mitad está apoyando a ese candidato o candidata", precisa.

Eventual ventaja de Kast


Morillo destaca que "las encuestas hoy muestran una ventaja consistente de José Antonio Kast, con una victoria en torno al 55% frente al 45% de Jeannette Jara. Sin embargo, la magnitud de esa ventaja cambia por completo la lectura del mandato presidencial y la posición de cada bloque político".

"Un margen de esta magnitud, como el evidenciado en las encuestas, se interpreta como un mandato electoral sólido, que fortalecería su posición como liderazgo dominante de la derecha y consolidaría a Republicanos como actor pivotal del bloque. Al mismo tiempo, produciría en la centroizquierda un ajuste estratégico significativo, obligándola a revisar su oferta programática y su coordinación interna", dice la experta.

"Un triunfo amplio (de Kast) adquiriría especial relevancia dada la correlación de fuerzas en el Congreso, donde la fragmentación y el equilibrio delicado entre bloques hacen que un mandato holgado incida directamente en la capacidad del Ejecutivo para estructurar acuerdos legislativos y marcar la agenda".

Jaquelin Morillo, académica USS
En el plano institucional, "un triunfo amplio adquiriría especial relevancia dada la correlación de fuerzas en el Congreso, donde la fragmentación y el equilibrio delicado entre bloques hacen que un mandato holgado incida directamente en la capacidad del Ejecutivo para estructurar acuerdos legislativos y marcar la agenda".

"En contraste, un margen más estrecho atenuaría ligeramente ese efecto, pues incluso con un Congreso ideológicamente afín, la debilidad relativa del mandato limitaría la capacidad del Ejecutivo para capitalizar plenamente dicha alineación en iniciativas de mayor calado", precisa.

Por su parte, Pablo Rodríguez, cientista político del Instituto Libertad, comenta que ante otro escenario hipotético donde Kast ganara con un 52% y Jara quedara con con 48%, este "perderá fuerza para iniciar sus reformas y se reforzará la idea de que no tendrá mayorías propias para gobernar en el Congreso, dando mayor espacio a lo que pueda aportar la derecha más tradicional de Chile Vamos".

En ese escenario, además, "Boric queda bien posicionado para ser la principal oposición a un gobierno de Kast, a la espera del rol que pueda tomar Jara", subraya.

En el caso de que Kast ganara con 55% y Jara quedara con 45%, el experto sostiene que "en términos porcentuales sería similar al triunfo de Boric sobre Kast. Implica un buen impulso para implementar las reformas y sería una derrota categórica para el gobierno de Boric y Jara como candidata de la continuidad".

Ahora bien, si el republicano ganara con un 60% y Jara obtuviera un 40%, el experto destaca que "un triunfo de esta magnitud sería equivalente a lo que representó el 62% del rechazo en 2022 y la victoria de Bachelet sobre Matthei en 2013".

"Kast no sólo sería el presidente con más votos en la historia de Chile, por efecto del sufragio obligatorio, si no que simbólicamente sería muy potente para el discurso de las derechas y su proyección en las próximas elecciones", subrayó.

Eventual triunfo de Jara


En el caso hipotético de un amplio triunfo de Jara, por ejemplo, del orden del 52% versus un 48% para Kast, Rodríguez comenta que "el oficialismo lograría romper la alternancia que ha existido en las ultimas décadas en nuestro país, pero provocaría que se debilitan las opciones de Boric de convertirse en el principal líder de las izquierdas para el futuro".

"En las derechas significaría el término de los acercamientos entre Chile Vamos y republicanos y nacional libertarios. En ese sector veríamos una fuerte disputa entre cada uno de estos proyectos políticos para imponerse en las siguientes elecciones", subrayó.

Por su parte, Murillo precisa que si bien un triunfo de Jara, particularmente con un margen sustantivo, aparece hoy como un escenario de muy baja viabilidad, "de producirse constituiría un desenlace de alto impacto político, pues otorgaría a la centroizquierda un mandato inesperado y estratégicamente significativo, al evidenciar capacidad para revertir un ciclo claramente adverso".

"Para la derecha, una derrota en estas condiciones tendría un costo simbólico considerable, reactivando tensiones internas sobre liderazgo, orientación programática y el peso de sus sectores más duros", acota.

En tanto, en el plano institucional, la experta comenta que un resultado de estas características "introduciría un nivel de disrupción relevante, ya que obligaría al Ejecutivo entrante a gobernar con un Congreso cuya correlación de fuerzas no habría sido anticipada para un giro electoral de esta magnitud, incrementando las exigencias de negociación legislativa y las presiones sobre la estabilidad inicial del sistema político".

Nulos y blancos


Otro de los elementos que los analistas han destacado para esta segunda vuelta es un eventual alza de votos nulos y blancos. Esto, considerando que se trata de una elección con voto obligatorio y que es posible que los votos que fueron a otros candidatos en primera vuelta, no hayan logrado ser capturados por Jara o por Kast.

"Cuanto más alto sea el porcentaje de nulos y blancos, eso tiene que tenerlo en consideración el candidato ganador y sumarlo al porcentaje del perdedor", precisa Vergara.

Volviendo a un caso hipotético, en que Jara obtuviera un 40% y se registrara un 20% de votos nulos y blancos, "esto quiere decir que ese 40% pasaría a ser muy relevante para quien gane, porque no sólo un 40% estuvo dispuesto a votar por ella, sino que un 20% no estuvo dispuesto a votar por el candidato ganador".

"Si a ello se le suma el porcentaje de gente que no vota, que puede ser un 10% o 15%, podríamos estar hablando de que la representatividad de quien ganó es considerablemente menor cuando se suma el porcentaje de quien perdió, el porcentaje de nulos y blancos y el porcentaje de gente no participó y ese elemento lo tiene que tener en consideración quien gane".