WASHINGTON.- Astrónomos aseguran que escucharon los ecos del choque de dos agujeros negros más, un descubrimiento que habla de actividad que muestra una violencia que puede ser común en el universo.
Detectaron una segunda onda gravitacional. Eso es una alteración en el cosmos que Albert Einstein predijo hace un siglo en su teoría de la relatividad general, algo que sólo resulta de los choques más masivos en el espacio. Es algo que no puede ser visto y que Einstein pensó que nunca se detectaría, pero los científicos encontraron una forma de escucharlo. Primero fue en una nota, en septiembre del año pasado, y ahora en un segundo evento.
Con este segundo "ruido", de un tono más alto, detectado durante la noche de navidad en Estados Unidos, un equipo internacional de científicos dejó atrás la sorpresa del primer evento, para pasar un registro más detallado de la histórica banda sonora del caótico universo.
"Estos eventos, especialmente el primero, son los más poderosos que hemos detectado desde el Big Bang", dijo Janna Levin, física de la Barnard College.
"Nos tomó el trabajo de muchas personas y locaciones para lograr esta detección y estamos muy orgullosos de este descubrimiento", destacó Gabriela González, portavoz científica de LIGO y física de la Louisiana State University, durante la presentación del descubrimiento.
Los científicos escucharon los choques cósmicos después de encender su set de instrumentos gemelos de más de un millón de dólares, conocido como "LIGO". Pero los físicos no tenían tan claro si habían hecho una observación por suerte de un evento poco común o si estas ondas gravitacionales están ahí esperando a ser escuchadas de forma regular.
"Este evento establece que hay varios agujeros negros fusionándose en el universo cercano", dijo Chad Hanna, físico de la Penn State University, uno de los más de mil científicos que escribió el estudio presentado esta tarde en una conferencia de astronomía y publicado en la revista Physical Review Letters. "El universo está lleno de estas tremendas colusiones que están depositando una gran energía".
Es un tipo de choque que puede pasar en nuestra propia Vía Láctea una vez en cientos de millones de años, pero al mirar a otras galaxias, podemos escuchar más, aseguró Levin, que no formó parte del estudio pero lo celebró como certero y significativo.
Szabolcs Marka, astrofísico de la Columbia University y parte del equipo del descubrimiento, dijo que encontrar un segundo evento muestra que este es un evento más común de lo pensado, y que no se sorprendería si encontraran una onda gravitacional a la semana, una vez que se actualice los equipos.
"Creo que ya no son inusuales. Nunca lo fueron", pero era difícil escucharlos desde la Tierra, aseguró Gabriela González.
Esta nueva señal vino de un choque cósmico que ocurrió a 1.400 millones de años luz. A diferencia de la primera señal detectada (anunciada en febrero de este año), la observación de diciembre corresponde a agujeros negros de tamaños más "normales", 14 y ocho veces el tamaño de nuestro Sol. La señal detectada fue más débil pero duró más tiempo, explicó González.
La era de las ondas gravitacionales
Durante la conferencia ofrecida por los científicos que lideraron la investigación, los expertos aseguraron que estos dos descubrimientos dan el comienzo a una nueva etapa en la astronomía.
"La era de la astronomía de ondas gravitacionales ha comenzado", fueron las palabras de Gabriela González durante su presentación. En tanto, David Reitze, director ejecutivo de LIGO aseguró que "la astronomía de las ondas gravitacionales ya es una realidad, estamos aquí".
Reitze además detalló que deben registrar más eventos en el futuro para lograr una mejor comprensión del fenómeno.
"Estos dos eventos representan lo mejor que podemos hacer actualmente con los actuales medidores de LIGO. Ahora necesitamos hacerlo mejor", concluyó el científico.