NUEVA YORK.- Una investigación liderada por científicos de la Universidad de Columbia de Nueva York determinó que los moluscos son capaces de contagiarse de cáncer. El estudio que fue publicado este miércoles en la revista especializada Natura revela que la enfermedad es una patología similar a la leucemia y puede ser pasada entre los ejemplares.
Incluso es posible que el cáncer se transmita a otra especie diferente. Según los científicos, los resultados de la investigación demuestran que los tumores tienen una notable capacidad de asegurar su propia supervivencia y su propagación.
El equipo dirigido por Michael Metzger, de la Universidad de Columbia en Nueva York, investigó detalladamente tres especies de moluscos: el mejillón del Pacífico norte (Mytilus trossulus), el berberecho común (Cerastoderma edule) y la almeja dorada (Polititapes aureus). El cáncer se manifiesta en estos animales con un exceso de células grandes mutadas en el sistema circulatorio.
Los investigadores recogieron en diferentes regiones de España y Canadá moluscos de las tres especies para comprobar las características genéticas entre el tejido sano y el infectado, proceso en el que encontraron diferencias entre ambas muestras. Sin embargo, al analizar los tumores de diferentes animales, se detectaron las mismas coincidencias, lo que les permitió concluir que las células cancerígenas pueden ser transmitidas de un animal a otro.
En la almeja dorada incluso encontraron en sus células cancerígenas la firma genética de otra especie, la almeja babosa (Venerupis corrugata), a pesar de que aún no se ha detectado el cáncer en los animales de esta especie que viven en libertad.
"Los resultados de nuestros experimentos sugieren que la transmisión de células cancerígenas contagiosas es un fenómeno muy extendido en el entorno marino", escribieron los investigadores. Generalmente, un tumor está limitado a una sola especie y su transmisión de una especie a otra es la excepción, según las investigaciones realizadas hasta ahora, señalaron los expertos.
En total se conocen hasta ahora ocho líneas de transmisión de cáncer en animales: una en perros, dos en el demonio de Tasmania -un marsupial- y cinco en cuatro especies de moluscos.
La investigadora Elizabeth Murchison, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), escribió en un comentario sobre el artículo en la revista científica, sobre la posibilidad de que las células cancerígenas de humanos puedan convertirse en agentes infecciosos libres.
Hasta el momento, la transmisión de cáncer de un ser humano a otro sólo se ha constatado en casos excepcionales, por ejemplo después del trasplante de órganos o durante el embarazo. Murchison subraya que siempre se trata de casos especiales que además nunca han ido más allá de las dos personas afectadas.
No obstante, "el riesgo de cáncer es algo congénito en organismos pluricelulares y la fuerza motriz fundamental evolucionaria de esta enfermedad no respeta fronteras individuales, ni siquiera las fronteras entre especies", concluye la investigadora.