CHICAGO.- Los fármacos que bloquean hormonas para tratar el cáncer prostático podrían incrementar el riesgo de demencia, de acuerdo con un estudio donde los investigadores dijeron que los resultados no son lo suficientemente concluyentes como para desaconsejar este tipo de tratamientos que incrementan la supervivencia de los pacientes.
Según la investigación, publicada en la revista médica JAMA Oncology, las personas con cáncer que usaron dichos medicamentos enfrentan el doble de riesgo de sufrir demencia en espacio de cinco años, comparado con los que no las usaron. El riesgo real de demencia, no obstante, fue muy bajo para ambos grupos.
Los científicos estudiaron 20 años de registros electrónicos de salud de más de 9.300 pacientes con cáncer prostático tratados en el sistema de salud de la Universidad Stanford. Aproximadamente 20% de los hombres recibieron bloqueadores hormonales, que rebajan el nivel de testosterona y otras hormonas que pueden estimular el crecimiento de tumores.
Luego de un seguimiento de cinco años, 8% de los hombres con bloqueadores hormonales recibieron diagnósticos de demencia, comparado con casi 4% en el otro grupo. Los autores sostienen que se necesitan estudios rigurosos para probar si el popular tratamiento presenta riesgo reales en los pacientes.
El proceso por el que las medicinas pueden incrementar el riesgo de demencia aún no está claro. Una explicación posible es su efecto en los niveles de testosterona. Esa hormona puede estimular el crecimiento de células de cáncer, pero se ha vinculado la existencia de niveles bajos a problemas vasculares y cardiacos que pueden causar también demencia.
El tratamiento es usado a menudo en hombres que no reciben cirugía ni radiación o cuyo cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Usualmente es suministrado en píldoras e inyecciones por periodos entre unos meses y unos pocos años, aunque algunos hombres con un estado avanzado del cáncer se mantienen indefinidamente en el tratamiento, detalló el doctor Kevin Nead, principal autor del estudio y oncólogo en la Universidad de Pennsylvania.
Nead dijo que el estudio tuvo en cuenta otras enfermedades que pudieran aumentar el riesgo de demencia. Pero añadió que otros padecimientos pudieran haber sido pasados por alto y que se necesita más estudio.