MADRID.- Todos los años se lanzan al espacio decenas de satélites de observación de la Tierra o de telecomunicaciones. Cumplida su vida útil las piezas no se recuperan, tampoco las de los cohetes. Es por esto que la misión Space Rider tiene como principal objetivo reutilizar el vehículo espacial en que saldrá de la Tierra.
Space Rider es un proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) que se lanzará previsiblemente en 2020.
Está basado en la nave Intermediate eXperimental Vehicle (IXV), cuyo vuelo y reentrada a la atmósfera acaba de cumplir dos años. Fue el 11 de febrero de 2015 cuando logró terminar su misión en el océano Pacífico al oeste de las islas Galápagos.
Esta vez esperan repetir la hazaña, pero con Space Rider, un vehículo muy parecido a la IXV que estará en órbita dos meses y que volverá a la Tierra. El objetivo es que aterrice en el aeropuerto de Santa María de Azores, en medio del océano Atlántico.
Lo difícil de esta misión, según Rodrigo Haya, ingeniero jefe del sistema de GNC, es la reentrada del vehículo, ya que lo hará a una velocidad de 26.700 kilómetros por hora, usando la atmósfera como sistema de frenado.
"El problema principal que tienen estas naves es el calentamiento, así que tienen que buscar un 'corredor' para su reentrada. Si entra de manera muy agresiva se quema, pero si entra demasiado suave puede rebotar y volver a órbita", explicó.
Space Rider tendrá además que aterrizar en una zona de 150 metros, después de casi una hora desde que deja su órbita y recorrer en vuelo una distancia de 7 mil kilómetros; a unos 15 kilómetros del suelo desplegará un primer paracaídas, seguido de un parapente.
La clave del aterrizaje está en la precisión, lo que permitirá reutilizar el vehículo: la previsión es que se pueda volver a usar unas cinco o seis veces más, detalló Ayuso, quien apuntó que esta misión abrirá la puerta al reciclaje.
