LONDRES.- La mayor parte de los animales mantiene la capacidad reproductora toda su vida y, hasta ahora, se sabía que tres especies, entre ellas la humana, que tienen la menopausia, una lista que se ha alargado a cinco, al descubrirse que las ballenas beluga y las narvales también viven este proceso.
Excepto el ser humano, la lista está formada por odontoceli, un suborden de los cetáceos que tiene dientes, ya que las cuatro especies son: la ballena beluga, la narval, la orca y el calderón tropical, según indica el estudio que publica esta semana la revista Scientific Reports.
Los científicos siempre se han preguntado por qué la evolución de unas pocas especies ha llevado a que sus hembras tengan la menopausia.
Los firmantes del estudio, de la universidad británica de Exeter, la canadiense de York y el estadounidense Centro de Investigación de Ballenas, sugieren que la menopausia ha evolucionado de manera independiente en tres de las especies de cetáceos, mientras que en las beluga y las narval puede derivar de un ancestro común.
Para que la menopausia tenga sentido en términos evolutivos, "una especie necesita, tanto una razón para dejar de reproducirse, como otra para seguir viviendo después", indicó Sam Ellis de la Universidad de Exeter.
En el caso de las orcas, el motivo para dejar de reproducirse es que, tanto el macho como la hembra, permanecen con sus madres toda la vida, por eso, a medida que la hembra crece, también lo hace el grupo esta, formado por sus hijos y nietos. Este aumento del grado de parentesco supone que si la hembra sigue tiendo crías, estas competirían con ella por los recursos, explican.
La existencia de la menopausia en la orcas está documentada por 40 años de estudios. Sin embargo, en el caso de las belugas y los narvales, no existían datos sobre el fenómeno. Algo que cambia con el análisis de los datos obtenidos de 16 especies muertas, en las que se encontraron ovarios durmientes.
Los expertos consideran, basándose en sus descubrimientos, que belugas y narvales tienen estructuras sociales por las que las hembras, como en el caso de las orcas, acabarían viviendo con más parientes cercanos según envejecen.
Las investigaciones también sugieren que ese era el caso para nuestros antecesores, combinado con los beneficios que las mujeres ancianas suponían para el grupo social, lo que "puede explicar la razón detrás de la evolución en la menopausia".