SANTIAGO.- Fue un 20 de noviembre de 1998 cuando la agencia espacial rusa, Roscosmos, decidió realizar el primer lanzamiento de los que posteriormente sería reconocido como la Estación Espacial Internacional (EEI). Se trata del módulo Zarya, el que dejó la Tierra desde el Cosmodromo Baikonur. Dos semanas después, la NASA envió su módulo Unity para unirse y así comenzar una historia de colaboración científica continúa durante casi 20 años.
La EEI tardó 13 años en construirse para lograr la estructura que actualmente completa 15,54 vueltas en torno a la Tierra cada día. Para ello, fue necesario el apoyo no sólo de las dos grandes potencias que acumularon conocimiento astronáutico durante el desarrollo de la Guerra Fría, sino también de otros 16 países se vieron involucrados en su construcción.
Las naciones que aportaron en su desarrollo fueron Bélgica, Brasil, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Japón, los Países Bajos, Noruega, España, Suecia, Suiza y el Reino Unido. Lo que sí se realizó sólo con cohetes rusos o estadounidenses fue el transporte de los módulos en que actualmente trabajan los científicos a bordo, para ello se necesitaron 37 viajes en transbordadores de la NASA y cinco operados por Roscosmos.
Gracias a esta colaboración internacional, 230 personas de 18 naciones han estado a bordo de la EEI durante estos 20 años de estudio desde el espacio y la cantidad de investigaciones que se han realizado a bordo supera las 2.500, provenientes de más de 100 países.
Durante casi dos años, las naciones comenzaron a enviar los implementos necesario para construir esta base espacial, la más grande lograda hasta la fecha, y fue en el año 2000 cuando la primera misión tripulada llegó a bordo de este vehículo. La Expedición 1 estaba compuesta por el astronauta William M. Shepard y los dos cosmonautas Sergey K. Krikalev y Yuri P. Gidzenko.
La Estación Espacial finalizó su construcción el 2011, mismo año en que Estados Unidos detuvo los viajes fuera de la Tierra desde suelo norteamericano y debieron comenzar un acuerdo con Rusia para el despegue a bordo de cohetes Souyz, acuerdo que ocho años después llegará a su fin luego de que 2019 la NASA regrese a volar desde Estados Unidos, pero esta vez a bordo de naves privadas. Al menos ese es el plan.
Este año, el futuro de la EEI ha sido puesto en duda ante nuevos objetivos de la administración estadounidense, ya que el módulo lunar que buscan construir podría llevarse la prioridad en los próximos años y el Presidente Donald Trump ha mostrado su interés de pasar la Estación Espacial a manos de privados a partir de 2025, esto en un plan de reducir los fondos destinados al laboratorio.