Tal vez. En algunas ocasiones, simplemente son los corredores veloces en un gran estado de forma los que hacen que la pista se vea rápida. Sólo el tiempo lo dirá. La superficie ha estado horneándose además bajo el intenso calor de Tokio con un desgaste mínimo, lo que le ha dado una firmeza adicional.
"Oh, es rápida", dijo el corredor de 800 metros, el estadounidense Clayton Murphy. "Tal vez se necesiten récords mundiales para ganar".
La pista se instaló a lo largo de cuatro meses, entre agosto y noviembre de 2019. No ha visto mucha actividad desde entonces. Los atletas la están estrenando con estilo.
"Simplemente se siente, lo puedes sentir", dijo la velocista sudafricana Akani Simbine. "Sabes cómo se siente una pista rápida. Y para nosotros, esta pista se siente muy rápida y no puedo esperar a correr sobre ella".
Según su sitio web, Mondo señala que el objetivo principal era "maximizar la velocidad de los deportistas y mejorar su rendimiento". La capa superior es de hule vulcanizado para mejorar la elasticidad. También hay "cavidades llenas de aire" en la capa inferior, que contribuyen a la "absorción de impacto, almacenamiento de energía y respuesta cinética inmediata".
Es decir: ayuda a los corredores a volar en la pista.
"Algunas pistas absorben tus movimientos y tu fuerza", dijo la plusmarquista estadounidense de los 400 con obstáculos Sydney McLaughlin. "Esta (pista) la regenera y te la devuelve. Definitivamente lo puedes sentir".
No hay que perder de vista los 400 con obstáculos masculinos y femeninos. McLaughlin impuso el récord (51.90) el 27 de junio en el preolímpico estadounidense, superando la marca que pertenecía a su compañera Dalilah Muhammad. Ambas saldrán como favoritas al oro el miércoles... y podrían volver a batir la marca.
El noruego Karsten Warholm estableció recientemente el récord masculino con 46.70 segundos superando uno vigente desde 1992. ¿Podrá hacerlo de nuevo?
"Tal vez alguien más lo haga", Warholm. "Yo ya hice mi trabajo".
Otro factor en estas marcas podrían ser los avances tecnológicos en el calzado. El modelo Vaporfly de Nike sacudió el mundo de las carreras de distancia hace algunos años, y se le atribuye a la tecnología de las placas de carbono el que los corredores hayan reducido sus tiempos en varios minutos. Esta tecnología se ha trasladado a las pruebas de velocidad.
Thompson-Herah tiene otra teoría luego de correr los 100 metros en 10.61 segundos y quebrar la marca olímpica de Florence Griffith Joyner. "Mi entrenamiento", destacó. "No importan ni la pista ni el calzado".