Si su vida pública es agitada, la personal no está mejor. Su productora, "Rivas y Rivas" está llena de actividades y proyectos. Tiene grabadas cuatro películas de "La vida es una lotería" para Mega y debe llegar a ocho. En TVN, está preparando otra serie, "Herederos", sobre herencias, que también son ocho capítulos. Además, todavía filma el largometraje "Elegidos" y, en sus vacaciones de verano, pretende terminar el que trata acerca de los últimos días de Miguel Enríquez, su padre biológico. "Ya es hora de que lo termine, porque llevo cinco años en eso".
-¿Te ha tomado tanto tiempo porque están reconstruyendo la historia de alguien a quien no conociste?
"Me fui de Chile a los cinco meses y a Miguel lo mataron cuando yo tenía un año, así que es reconstruir su historia y, además, subjetivamente; como no lo viví, es construir, como yo quiero, como murió mi papá, no como fue. O sea, yo creo que fue así, pero acepto que sea discutible. No me interesa construir la verdad, porque las únicas verdades que existen son las matemáticas".
En el plano familiar, fue padre hace muy poco y decidió montar casa propia con su mujer, la periodista y animadora Karen Doggenweiler; hasta hace unos meses, a pesar de estar casados, pasaban tiempos en la casa de los padres de ambos y en el departamento de él en Providencia.
-¿Por qué se tomaron tanto tiempo en vivir en una casa de y para ustedes?
"Tiene que ver con la cantidad de viajes y la cantidad de pega, porque yo no tenía capacidad de construir un hogar. Hasta que la Karen tomó el toro por las astas y, de común acuerdo, nos fuimos a vivir cerca del colegio de la Fernanda (la hija mayor de Karen), en Lo Barnechea. Además, cerca de los papás de ella, que son unos santos, encantadores, y eso ayuda mucho. Trato de hacer las reuniones allá y estar más tiempo con ellas.
"Bueno, la verdad, es que todo lo que te estoy diciendo es mentira, porque hace tres meses que duermo arriba de una van, en la casa de Carlos en Cachagua, en la de mi abuela en Viña, en un hotel en Valparaíso, en el departamento de la Karen en Algarrobo y en la casa de Santiago… cinco camas. No sé cuánto pueda sostenerme en este ritmo, pero hoy día, en realidad, no tengo una casa, cosa que echo de menos".
-¿La Fernanda te aceptó rápido o se complicó con tu aparición?
"Rápido. No hay misterio, conozco bien el terreno: papá presente, pero ausente, más abuelos, más mamá periodista… no es tan distinto, son categorías que conozco. La Fernanda es un encanto, la relación se construyó muy, pero muy rápido y nos llevamos muy bien. Desde el principio empezamos a salir juntos los dos solos".
-¿Y con la guagua, tampoco?
"Nooo. Ése es talento de la Karen; es tanto el cariño hacia sus hijas, es una tremenda madre, que es gozadora, entonces no se produce escasez de afecto, hay abundancia.
"Yo, acertada o equivocadamente, a la guagua le he dejado muy claro que la que llegó primero es la Fernanda y la Karen lo toma con mucho humor. Hoy día la echó de la cama –es muy celosa-, nos reímos mucho; en la casa los celos se toman con mucho humor".
Si bien fue siempre hijo único de Manuela Gumucio y Carlos Ominami, un mes de todos los veranos de su vida los pasó con su mediohermana, hija de Miguel, en la parte del mundo que fuera donde tenían que juntarse. "Mi hermana vivió en varios países, así que o ella venía a París o yo iba donde estaba ella: México, Suiza, Cuba, Argentina. Viajé mucho".
Entre las mil facetas de Marco, hace poco apareció una que tenía escondida, la del macho protector: ante las críticas a su mujer, reaccionó muy molesto y puso las cosas en su lugar en TVN.
-¿Tenías oculto al machista o qué?
"No, es que cambié, porque encontré que era mucho el abuso de ex colegas de ella e incluso de algunos ejecutivos; advertí muchas veces –y eso no lo puede desmentir nadie-, en público y en privado, que si las cosas seguían así iba a tener que meterme. Cumplí mi promesa y pararon; nunca más un rumor, nunca más un artículo".
-O sea, seguimos siendo un país machista de tomo y lomo.
"¡Patá en el culo! Se les quitaron las ganas de hablar mal, los reportajes en off, a sus ex colegas se les quitaron las ganas de filtrar cosas…¡se acabó la fiesta! Bah, parece que me reprocho a mí mismo no haberlo hecho antes para, justamente, no mezclar las cosas. Parece que funciona.
"Lo que es muy triste es que -para gente que, supuestamente pertenece a la Concertación, a una identidad más tolerante- una mujer embarazada valga callampa y porque es mujer no la protejamos, mientras a los rostros hombres los defienden como locos. Me llama la atención… la Cata Pulido, la Ely de Caso… a las mujeres sistemáticamente se les castiga.
"Les advertí al principio del embarazo y no hicieron caso. Les llegó la chuleta …¡y funciona!, lo que es más grave".
Nació el 12 de julio de 1973 y tiene una relación muy intensa con su madre. "Ella cree que el hijo es la extensión de uno mismo y, por tanto, es un amor al que uno no se debe referir mucho. Es una gran madre, la quiero mucho, para mí es todo. Ella es periodista y mamá soltera, igual que mi señora… se parecen mucho", dice.
El '87 volvió a Chile desde Francia y estuvo muy enojado mucho tiempo, porque era un país que desconocía y no le gustaba como se desenvolvía su medio. Tal vez por esa razón, dice tener sólo tres o cuatro amigos, además de su primo Rafael y su padre, Carlos.
Le gusta jugar tenis y leer; por supuesto, lee varios libros al mismo tiempo: "Es que soy disperso", se excusa. En música le gusta todo y nada, porque, claro, añora los minutos de silencio. Le hubiera gustado tocar piano y ser más flaco; también jugar mejor al fútbol y tener hermanos hombres y…¡modular mejor!
-¿Viajas a París seguido?
"Hasta antes de ser diputado, cada tres meses. Ahora, me siento como un poquito preso, porque tengo que pedir permiso constitucional para salir de Chile; votan los diputados. Todo esto para mí (se refiere a ser diputado) son categorías nuevas y estoy un poquito molesto, porque no me parece que a uno lo secuestren, ser rehén de todo el mundo, no me gusta".
-¿Frustraciones?
"No poder ser más mentiroso, ser más cínico. Me gustaría, pero no lo logro".
-¿Vicio privado?
"Ver el canal Sony, aunque me da mucha vergüenza reconocerlo. Ver 'Seinfeld'. La Karen me regaló una serie muy frívola, que se llama '24 horas' y he visto cuatro horas, no más, en la noche, despacito para no despertar a la Karen".