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Sabores que prenden

Que Moctezuma se tomaba un tazón de chocolate caliente antes de hacer el amor… Que Casanova se comía cuarenta ostras cada mañana para asegurar su poder sexual… La tradición afrodisíaca se ha ganado detractores que niegan su existencia, pero aún en el siglo XXI hay quienes la defienden.

28 de Marzo de 2008 | 09:17 |
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Los afrodisíacos parecen una leyenda que a duras penas se mantiene vigente hasta nuestros días, entre varios detractores que niegan la existencia de estos nobles elementos.

Uno de ellos es la Food and Drug Administration de Estados Unidos, que declaró en un artículo que «la reputación de la mayoría de los productos que se consideran afrodisíacos está basada en la tradición popular y no en hechos».

Dichos como éste tiran por la borda años y años de acumulación de alimentos y líquidos, que van desde la luna o el polen, hasta las criadillas y el cuesco de una cereza molido, que tendrían la característica de ser afrodisíaco, lo que quiere decir que ayudan a estimular y prolongar el deseo sexual.

Pero existen otros, como el sexólogo Eduardo Pino, que forman parte del bando que defiende el poder que éstos productos tienen en el organismo del ser humano, asegurando que “existen, pero la gente cree que estas cosas son como el viagra, que se las toman y les va a cambiar la vida, cuando son sólo una ayuda para tener una mejor respuesta sexual”.


Ella y sus oídos

La palabra afrodisíaco proviene del nombre de Afrodita, la diosa griega del amor y la belleza, y ha ocupado los carteles de gran parte de los restaurantes en los 14 de febrero, cuando ofrecen sus “cenas afrodisíacas” para las parejas.

Es que son tantos los productos a los que se les considera un potenciador de la libido, que prácticamente McDonald’s podría decir que una hamburguesa con cebolla, integrante del ranking afrodisíaco, es la nueva Mc-pasión.

Eduardo Pino se ha encargado de enumerar algunos de los productos que efectivamente aportarían elementos que ayudan al buen desempeño sexual.

Entre los que más promociona el médico están ostiones, que, como explica, contienen zinc, lo que aumenta el número de espermios en el hombre. Esta sustancia tan beneficiosa para quienes ven mermada su reputación de buen amante, se puede encontrar también en los huevos, leguminosas, hígado de vacuno y leche.

Otro de los favoritos de Pino es el chocolate, ya que posee feniletilamina, considerada la “anfetamina del amor”. A éste le siguen el maní, las almendras, las nueces y las semillas molidas del copihue, que serían un excelente tónico sexual.

¡Pero atención! “Los afrodisíacos que se injieren están destinados, más que nada, a los varones”, sentencia el sexólogo.

Cuánta discriminación por parte de la diosa del amor. Por suerte, Pino asegura que, sencillamente, “el afrodisíaco de la mujer es hablarle al oído”, recordando que además de la extensa lista alimenticia que compone la tradición afrodisíaca, que apunta a estimular el gusto y el olfato, está el resto de los sentidos del ser humano, que en conjunto participan íntegramente en la actividad sexual.

Queridos y renegados por la sociedad, los afrodisíacos seguirán dando de qué hablar, mientras no se llegue a un acuerdo sobre su validez científica. Mientras, no parece tan malo recurrir a la cantidad de objetos y alimentos que dicen tener las propiedades “mágicas” y echar a volar la imaginación.

Aunque “estar bien física y psíquicamente puede ser el mejor afrodisíaco para lograr unas buenas relaciones sexuales”, como aconseja la incrédula FDA.


Recetas de la abuela

El sexólogo Eduardo Pino sólo menciona aquellos alimentos que estima, tienen una base científica para ser considerados afrodisíacos. Pero en lo que a creencia popular se refiere, la lista se extiende a cientos de ellos. Algunos de ellos son:

Miel: No por nada al viaje que hacen los recién casados se le llama “luna de miel”. Algunos creen que en la antigüedad a las parejas se les regalaba jarrones de miel para el éxito amatorio.

Canela: Se cree que además de afrodisíaco, es un astringente y antiséptico. Lo mejor de todo es que se puede probar su eficacia, acompañando comidas dulces, saladas y bebidas.

Erizos: Son parte de las más tradicionales leyendas de productos afrodisíacos. Acompañados de aceite de oliva y vino dulce, podría hacer maravillas.

Ajo: A parte de espantar a vampiros, también se le atribuye el poder de aumentar el deseo sexual si se consume diariamente.

Cebolla: Existe una antigua leyenda que cuenta que un rey árabe logró mantener una erección por treinta días seguidos, gracias a esta especial verdura.

Manzana: Porque “el único fruto del amor” no es la banana, esta fruta es casi un arquetipo de los afrodisíacos, al ser utilizada en la historia de Adán y Eva para representar la tentación de la pareja expulsada del paraíso.

Gingseng: Aparte de curar resfriados, dolores de cabeza y ser beneficioso para los diabéticos, también se cree que esta planta medicinal podría funcionar como un excelente potenciador sexual.