Ok, es un best sellers, pero debo reconocer que es de los mejores que he leído en el último tiempo.
Está situado en Nueva York, tal como “El diablo se viste a la moda” o “Mujeres de Manhattan” (de la misma autora de “Sex and the city”), pero eso no le resta ningún mérito. Es más, hay que señalar que este libro, el primero de la periodista Holly Peterson, supera todas las expectativas.
“Tengo un manny en casa” nos pone al día con una moda que, de verdad, no sabemos si está en práctica en la gran manzana. Manny, para los no entendidos, significa niñera, pero en masculino y el sentido es bien práctico: cuando el padre trabaja de 8 a 23 horas y no está nunca en el hogar, alguien debe hacerse cargo de generar un ambiente varonil en una casa donde existe un niño preadolescente que tiene problemas de autoestima.
Holly Peterson logra dar un excelente ambiente a esta entretenida historia. Una madre ejecutiva de TV, ve con angustia como su pequeño hijo intenta crecer en un mundo donde todos los presionan y su padre está ausente, literalmente, para ayudarlo y guiarlo. En un intento desesperado resuelve contratar a un joven para que acompañe a su hijo en todas sus actividades extraprogramáticas y le dé algo de seguridad en el mundo de los machos.
Pero todo esto va acompañado de los ingredientes necesarios para convertir a este libro en un excelente best seller.
La autora describe, con exquisita certeza, a una clase adinerada que vive en Nueva York ajena al resto del mundo, rodeada de panoramas insulsos arriba de jets y limusinas; un profesional que trabaja hasta el cansancio movido por tener cada vez más pues nada le es suficiente; el backstage de un medio de comunicación; un matrimonio a la deriva; un joven inteligente y sensible y así. Es decir, mucho dinero, sexo, infidelidades, corrupción, glamour y soledad, elemento básico que entrelaza todos los hilos.
“Tengo un manny en casa” camina por la senda de los libros que se catalogan de entretención, pero que en el trasfondo nos demuestran – a través de la buena construcción psicológica de sus personajes- que tener mucho no asegura la felicidad.
Su fortaleza está ahí, en cuestionarse si vale la pena matarse trabajando con tal de alcanzar una vida cómoda y perderse en el camino las distintas etapas de los hijos al punto de que ellos necesitan un "manny" para afirmar su autoestima. Un punto que resulta duro e inquisidor.
Quizás, todo esto explica por qué antes de salir a librerías, la novela y sus derechos ya hayan sido adquiridos por Columbia Pictures que, de realizar la película, tiene asegurado un éxito de taquilla.