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Límites firmes, cálidos y organizados

01 de Julio de 2008 | 09:05 |
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Parece inevitable que la tarea de ser padres y, en especial, la postura de límites, resulte difícil y cansadora para los adultos; sin embargo, constituye una herramienta fundamental en el desarrollo mental de los adolescentes.

Es necesario tener presente que la relación entre los adolescentes y su entorno adulto no es una relación igualitaria, tampoco se trata de una relación entre inferiores y superiores, es una relación de dependencia y la responsabilidad le corresponde a los adultos del entorno.

Para referirme a los límites citaré a Camilo Jácome, un psicoanalista colombiano, quien plantea que cuando los límites son CÁLIDOS, FIRMES y ORGANIZADOS permiten que el adolescente crea y adquiera confianza en el entorno.

La FIRMEZA, no significa autoritarismo, otorga consistencia, seguridad y estabilidad; la firmeza del entorno adulto genera confianza, seguridad y consistencia.

La CALIDEZ, significa trasmitir afecto, cariño y comunicar preocupación e interés; implica no maltrato.

La ORGANIZACIÓN significa darle coherencia y claridad a lo que se hace. Hay que evitar en lo posible las confusiones y lograr acuerdos razonables, producto de juicios de realidad aceptados por las partes y no de juicios de valor, donde uno le impone su criterio al otro.

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Siguiendo al mismo autor considero interesante mostrarles algunos tipos posibles de límites que permiten caracterizar la relación del adolescente con su entorno:

1. Los Adecuados: firmes, cálidos y organizados que llevan a la autonomía, la libertad y el crecimiento personal.
2. Los Autoritarios: firmes y organizados pero no cálidos que llevan al temor, la timidez y el sometimiento.
3. Los Indulgentes: cálidos y organizados pero no firmes que llevan a la pereza y a la debilidad evidente del yo.
4. Los Confusos: cálidos pero no firmes ni organizados que llevan a la duda, a la inseguridad y a la ambigüedad.
5. Los Indiferentes: organizados pero no firmes ni cálidos que llevan a la sensación de abandono, de vacío y a la futilidad de que todo da igual.
6. Los Inexistentes: que ni son firmes, ni cálidos ni organizados y llevan a la angustia innombrable y al caos.

Presentaré un ejemplo que retrata cómo la falta de límites puede llevar serias dificultades académicas, angustia y sensación de abandono. Se trata de Daniela una adolescente de 16 años, cuyos padres consultan preocupados por la posibilidad de que ella repita nuevamente el año escolar. La paciente está en 2° medio, por segunda vez, y le ha ido muy mal en los estudios. Intenta pero no logra cumplir horarios y sólo de vez en cuando presenta evaluaciones y trabajos en el colegio. Durante la evaluación diagnóstica, a veces, acude a la sesión, otras, no y cuando se la confronta, no lo comprende.

Los padres mantienen un matrimonio que la madre describe como muy disfuncional pues, según ella, nunca ha sido posible un acuerdo entre los padres ni en la educación de sus hijos, ni en la organización del hogar. La madre decide algo y el padre hace otra cosa, creando una confusión en la que Daniela manipula para satisfacer sus caprichos. Paulatinamente se ha ido incrementando su vida social hasta el punto en que 2 o 3 veces a la semana sale con amigos sin que responda las llamadas de sus padres al celular y sin que ellos sepan realmente en dónde se encuentra. Pelea e insulta a su madre, pero después regresa a ella como si nada hubiera pasado. La madre reconoce que todos los profesionales que ha consultado le han señalado la importancia de que exista un mínimo de acuerdo entre los padres para ayudar a Daniela.

En este caso queda claro que es fundamental tener muy presente que los adolescentes prueban a los adultos desafiando las demarcaciones, tratando de sobrepasarlas; Daniela pide a gritos límites y normas que contengan sus impulsos.

No existe una madre sin un bebé, ni un adolescente sin su entorno. Donald Winnicott, destacado psicoanalista inglés en 1968 afirmó: “Donde existe el desafío de un joven en crecimiento, debe haber un adulto para encararlo. Y no es obligatorio que ello resulte agradable”.


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