Alguna explicación tenía que haber para tantos malos ratos femeninos tratando de que un hombre le preste atención a un largo relato. Sí, porque es queja común entre las mujeres decir que sus parejas no las escuchan cuando les hablan y más, cuando se trata de un episodio que ellas consideran apasionante de su vida.
Pareciera que los detalles sabrosos que la mujer disfruta dando son un mal chiste cuando se ve la mirada distraída del oyente masculino.
La razón de esta falta de atención la habría encontrado un estudio realizado a 12 voluntarios en la Universidad de Sheffield, Inglaterra, que descubrió que los hombres reciben en su cerebro de manera diferente los sonidos provenientes de la voz masculina y de la femenina.
Esto se debería a que el sonido de la voz de la mujer es mucho más “complejo”, lo que provoca que sea percibido por el hombre abarcando toda su área auditiva, a diferencia de lo que sucede cuando oye una voz masculina, que es recibida sólo por la zona subtalámica, como lo aseguró el doctor Michael Hunter, co-autor del estudio.
La fonoaudióloga Karen Moreno explica que, efectivamente, hay una diferencia notoria entre la conformación de la voz masculina y la femenina, que ronda los 8 mil Hz v/s los 500-650 de los hombres.
“Hay otras cosas que influyen también. La mujer utiliza otros métodos de comunicación, como expresiones faciales, gestos con las manos… En cambio, los hombres se focalizan, netamente, en lo que es la voz. No toman en cuenta estos otros aspectos paralingüisticos que la mujer sabe manejar e interpretar de una manera mejor que los hombres, que a veces se distraen con estas cosas”, aseguró Moreno.
Marcianos y venusianas
Que la mayoría de los hombres no escuchan a las mujeres es algo que viene criticándose desde hace varios años. El doctor en psicología John Gray fue quien mejor graficó esto al anzar su exitoso libro “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus”, bajo la promesa de ser una “guía práctica para mejorar la comunicación y obtener lo que desea de su pareja”.
De hecho, Gray argumentó la falta de atención masculina en las historias contadas por mujeres, diciendo que en momentos de querer desestresarse de la rutina diaria, el hombre prefiere encerrarse en una cueva para solucionar sus problemas, mientras que ella es de la idea de desahogarse hablando de lo que le molesta.
“Cuando un hombre esta metido en su cueva, no puede ofrecerle a su pareja la atención cualitativa que ella merece. A esta le resulta difícil aceptarlo en esos momentos porque no sabe hasta qué punto él se encuentra en tensión (…) Ella siente que la ignora. Ella puede afirmar que él esta perturbado, pero supone erróneamente que no se preocupa por ella porque no le habla”, escribió el doctor.
María Paz Gálvez, psicóloga de la Universidad Diego Portales y terapeuta de pareja, coincide con el autor del libro de autoayuda, en cuanto a que existe una notoria diferencia entre los sexos en el ámbito de la comunicación.
“Las mujeres son más expresivas con sus emociones que los hombres. Ellos son más prácticos, más concretos”, dice la psicóloga, quien asegura haber conocido varios casos de mujeres dolidas porque sus parejas, simplemente, no las escuchan.
Finalmente, Gálvez no es dura con los marcianos, diciendo que tan poca atención no es falta de interés y que la verborrea venusiana no puede catalogarse al nivel de una ser parlanchina. La psicóloga asegura que se trata, simplemente, de una manera diferente de comportarse y de enfrentar la vida.