EMOLTV

“No puedo imaginar que las mujeres vayan a querer menos de lo que tienen ahora”

La presidenta de los psicoanalistas chilenos afirma que las mujeres se sienten altamente insatisfechas en sus relaciones de pareja y que tienen una actitud de desprendimiento frente a ella si no funciona. Y dice que los hombres están complicados con el cuestionamiento de la masculinidad.

18 de Diciembre de 2008 | 08:25 |
imagen
La mujer no lo está pasando bien. Todos los estudios señalan que tenemos altos niveles de depresión y por ende, de consumo de ansiolíticos y otros. Aunque en muchos aspectos hemos alcanzado satisfacciones, especialmente relacionadas con lo profesional, otras áreas de la vida se mantienen en el conflicto.

La psicóloga Marcela Ramírez, presidenta de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis, ve difícil que este panorama vaya a cambiar en el futuro inmediato si la sociedad no ‘repiensa’ en profundidad cuáles son sus aspiraciones y proyectos. “Así como vamos caminando, en esta sociedad de consumo, el nivel de exigencias que nos impondremos será brutal”, afirma.

Desde ayer, más de 200 profesionales especialistas en psicoanálisis se dan cita, en Santiago, en un simposio internacional sobre identidad y globalización que tiene entre sus temas a debatir el narcisismo, la depresión y los nuevos desafíos del psicoanálisis.

-¿Harías una distinción entre no estar pasándolo bien y tener problemas de salud mental?
“No, no lo haría, porque la salud mental tiene que ver con la posibilidad de estar bien en lo que se está. Estamos diciendo que las mujeres lo pasan mal, pero ¿por qué? Porque van a una tienda y no encuentran lo que andaban buscando, no; no lo pasan mal por eso. Cuando se dice que lo están pasando mal es porque están conflictuadas, se sienten estresadas, sobrepasadas con las distintas actividades que desempeñan. Esto tiene que ver con un tema de salud mental, cómo enfrentar la vida”.

-¿Es un fenómeno de estas generaciones o todas pasan por momentos de crisis?
“Evidentemente en cada momento de la historia, las mujeres han enfermado de distinta manera, pero lo que ocurre hoy es un fenómeno más nuevo, en el sentido que el cambio del rol de la mujer impone una serie de exigencias, por una parte, y trae un montón de gratificaciones.
“Creo que el cambio fundamental es que hace un tiempo las mujeres estaban ubicadas en un rol pasivo y en la relación de pareja eran mucho más objeto que sujeto de”.

-¿Y en todos sus otros roles?
“Es que tenían pocos roles. El rol de madre era donde eran más activas, pero lo que ocurre cuando la mujer ingresa al campo laboral y aparece la píldora anticonceptiva que les permite tener una sexualidad sin tener hijos es que se produce un cambio en la subjetividad de las mujeres y se reconocen personas que son sujeto de deseo. Entonces la mujer busca una pareja, alguien con quien estar a la par y en el trabajo, busca ser un sujeto activo que tiene proyectos”.

-¿Estamos todavía en una etapa de transición o ya hemos avanzado lo suficiente?
“Hemos avanzado harto, pero en parte de la sociedad; estamos hablando de la mujer blanca, occidental y de cierto nivel socioeconómico. En otros niveles estas temáticas están atrasadas y por eso hay que distinguir. Es un grupo social el que ha hecho un cambio importante”.

-¿La mujer va a encontrar un equilibrio?
“Esto tiene que ver con los cambios que se han ido generando en los hombres. En ellos también ha habido cambios en el sentido de que él ya no busca –algunos- a la mujer relegada a la casa, pero aún así todo está en movimiento.
“Es cosa de ver los roles que asumen los padres respecto de sus hijos, porque pareciera que con tantos cambios, los dos están asumiendo el rol maternal y el hombre ha dejado el rol paterno que estaba relacionado con los límites y el orden y que producto de todo el cuestionamiento del autoritarismo ha sido dejado de lado. Uno ve en muchas parejas que el hombre y la mujer son muy maternales y nadie ejerce el otro rol porque quedó desdibujado. Todavía estamos buscando los ajustes y no sé si se llega a un estado de equilibrio; sin embargo, la transición de las mujeres está en encontrar la manera de desempeñar sus distintos roles sin culpa y ésta ya es mucho menor en las generaciones jóvenes, aunque todavía a las mujeres les cuesta esto porque siempre están tratando de demostrar que todo lo pueden hacer bien”.

-Es un conflicto permanente tratar de compatibilizar los roles, pero al final del día, ¿la mujer se puede liberar de su naturaleza?
“Es un tema de gran controversia. Todos los estudios de género plantean que existen modelos de lo femenino y lo masculino relacionado con la cultura, lo que no quiere decir que hombres y mujeres sean iguales. Estos afirman que el rol maternal no está dado por la naturaleza, más allá de que la mujer es la que puede procrear.
“Hace unos años se idealizaba el rol de la madre y se pensaba que por naturaleza las mujeres son buenas madres y eso no es así”.

-¿Todos estos cambios hacen promisoria la salud mental de las mujeres a futuro?
“Espero que sí, aunque es una difícil pregunta porque tiene que ver con cómo va cambiando la sociedad. Yo apuesto que sí”.

-¿Las mujeres están presentando patologías nuevas producto de estos cambios?
“Claramente más trastornos alimenticios que antes; no hay buenas estadísticas porque se consideran sólo la anorexia y la bulimia cuando hay muchos otros trastornos que nos dan una incidencia más alta. Esto también ha aumentado en hombres y todo esto tiene que ver con los ideales de belleza que tiene la sociedad”.

-Bueno, una gran parte de las mujeres vive a dieta toda la vida, lo que no habla de una relación normal con la comida.
“No, no es normal, ni con la comida, ni con el deseo, ni con la manera de manejar la ansiedad, ni con el propio cuerpo. Esto abarca muchos aspectos, porque muchas –frente a la ansiedad- usan como ansiolítico comer y después viene la culpa, el régimen”.

-¿Hay una patología que nos distingue frente al hombre?
“La depresión en mujeres es muy alta; en hombres es mucho más importante el trastorno obsesivo que tiene que ver con la masculinidad y el cumplimiento de los ideales incorporados en lo masculino como el poder, la fuerza, el logro”.

-¿Por qué la depresión sigue teniendo tanta prevalencia?
“Bueno, porque las mujeres no están contentas en sus relaciones de pareja y no lo están porque ni ellas ni los hombres saben ser pareja. Es un tema tan difícil relacionarse con otra persona por toda la vida donde cada uno se sienta valorado y no sometido por el otro. A las mujeres nos cuesta tener buenas relaciones de pareja y en esto todavía hay algo de transición en orden a que nos cuesta valorarnos”.

-¿Se sienten más valoradas en lo profesional?
“Al menos lo que yo veo en la consulta es que el tema conflictivo tiene que ver con la pareja y la vida familiar, más que los logros en el trabajo. Las mujeres se han ubicado bien profesionalmente aunque se pasen momentos difíciles, pero los grandes dolores vienen por otro lado.
“Esto tiene que ver con el hecho de que la mujer se ubica hoy en una posición distinta en el mundo, una posición deseante, tiene deseos en todos los sentidos”.

-¿Expectativas como madre, pareja, profesional?
“Exacto, ya no todo es lo que venía dado, la mujer se cuestiona es esto lo que quiero para mí y muchas veces no lo es. Muchas veces, en una relación de pareja, la mujer ocupa una posición jerárquicamente inferior que el hombre y en el trabajo no, hecho que se cuestiona”.

-¿Cuáles son las vías de salida? Trastornos alimenticios, ansiolíticos o el desprendimiento.
“El desprendimiento es uno porque el nivel de separaciones es grande; es decir, dicen esto no sirve, mientras que otras tratan de establecer una relación distinta cuestión que también le implica un desgaste. Cuando se está en algo que no te tiene contenta es difícil tratar de cambiarlo.
“Hay un desprendimiento mucho mayor que antes”.

-¿Se explica esto por el hecho de que los hombres no han ido a la par con los cambios experimentados por la mujer?
“Los hombres están disonantes en una relación de pareja y esto pone en jaque el concepto tradicional de lo masculino; muchos sienten que lo pierden cuando la mujer tiene su espacio, se sienten amenazados y frente a ella, reactivamente, se ponen más autoritarios. En el hombre hay un cuestionamiento”.

-La historia demuestra que el hombre vuelve a sus orígenes, ¿estos cambios son reversibles?
“Creo que no, no puedo imaginar que las mujeres vayan a querer menos de lo que tienen ahora. Han encontrado una serie de gratificaciones, se les ha abierto el mundo. Antes esas gratificaciones estaban relacionadas con la pareja y los hijos y si no las había, no importaba porque ese era el papel de la mujer.
“Además, se suma el tema económico, que no es menor. Las mujeres pueden ser sujeto porque ya no dependen del marido y ¿renunciar a eso?”.

-Algunos movimientos están rescatando, revalorizando, el rol de la dueña de casa.
“No sé si se está volviendo a ese modelo que conocimos en el pasado. Efectivamente, muchas privilegiaron lo profesional y surgió el dilema de la cantidad frente a la calidad en el cuidado de los hijos, pero ahora, con los problemas que ellos presentan, muchas están intentando asumir más activamente su rol maternal lo que no significa una vuelta al hogar”.