Existe evidencia de que mantenerse activo permite prolongar la vida e incluso evitar la aparición de algunas enfermedades. Sin embargo, un nuevo estudio, centrado específicamente en la práctica del yoga, constata que esta disciplina en los adultos mayores mejora la postura corporal, la estabilidad, el equilibrio y posiblemente contribuya a evitar las caídas.
Después de nueve semanas de participación en un programa de yoga Iyengar, diseñado para personas mayores, un grupo de mujeres de más de 65 años podía dar pasos más largos, tenía más flexibilidad en las extremidades inferiores y una mejor postura con una sola pierna. Además, las mujeres crecieron un promedio de un centímetro de altura, de acuerdo con los hallazgos de los investigadores del Centro del Movimiento de la U. de Temple (EE.UU.).
"Creemos que el crecimiento se debe a que al practicar yoga las personas permanecen mucho más erguidas", señaló el jefe del estudio, el doctor Jinsup Song.
Las mujeres estudiadas realizaron una sesión de yoga de una hora y media dos veces a la semana, realizando posturas básicas de la disciplina.
| Peso corporal |
El estudio también constató que, tras el programa, las mujeres distribuyeron mejor su peso en los pies, generando mayor estabilidad.
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John Schlorholtz, instructor de yoga para adultos mayores de la U. de Harvard y autor de varios libros sobre el tema, explicó a "El Mercurio" que el yoga, además, permite mejorar la capacidad pulmonar, regula la presión sanguínea y estimula el sistema inmunológico, por lo que las personas se enferman menos.
Además, "ayuda a quienes padecen artritis y Parkinson, especialmente si el profesor incluye en la rutina de ejercicios elementos de control de la respiración y relajación, que son apropiadas para esas dolencias", afirma Schlorholtz.
Gustavo Ponce, fundador del centro Yogashala en Santiago, explica que el yoga además de trabajar la musculatura externa, moviliza la musculatura interna, que resulta muy importante para el funcionamiento de algunos órganos, como el estómago, el hígado, el bazo y los intestinos.
También se realizan ejercicios de contracción de la musculatura urogenital o "mulabhanda", que previenen la incontinencia urinaria.
Para el geriatra Juan Carlos Molina, del centro de Medicina, Ejercicio, Deporte y Salud (MEDS), "la práctica del yoga, a diferencia de otros ejercicios, mejora el nivel de atención en los movimientos, lo que es fundamental para mejorar la marcha y evitar las caídas".
En su opinión, este ejercicio es completo y resulta seguro para la tercera edad. Aunque los adultos que tengan artrosis cervical deberían evitar hacer rotar el cuello. Además, "es necesario realizar movimientos pausados para cambiar de pose, mientras que la clásica postura parada de cabeza no se recomienda en esta etapa de la vida", advierte.
Adriana Madrigal, del Centro Sapya Yoga de la Fundación Pity Santa Cruz, que se ha especializado en impartir yoga a adultos mayores, explica que también las clases se realizan en forma personalizada, entonces el instructor tiene que ser flexible para adaptar las posturas a las necesidades de cada uno.