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Ricardo Grellet: Reencontrémonos con nuestro vino

El sommelier nos hace una clara invitación a recuperar nuestra bebida nacional como parte habitual del día a día, con tres ricas recetas de la campaña "Nos Gusta el Vino de Vinos de Chile". “Bébalo, pero bébalo de manera responsable, educada, en familia o con amigos. Eso es lo que necesita nuestro vino chileno”, asegura.

21 de Agosto de 2015 | 09:11 | Por Ricardo Grellet.
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Gentileza Ricardo Grellet.
Nuestro vino es la imagen de Chile en el mundo. Si no me cree, dese una vuelta por barrios turísticos como Lastarria o Bellavista, donde brasileños, europeos o gringos pasean por la carta buscando la alternativa que acompañe mejor sus comidas. Muchas personas recorren el mundo para descubrir los sabores y aromas de nuestra tierra. Entonces, ¿por qué no disfrutarlos en casa?

Desde los 18 años que el vino me acompaña. Cuando trabajaba en un restaurante el vino se sumaba siempre a los menús que enviaba por fax a los clientes. Ellos siempre discutían en cuanto al valor de una botella y no al de las comidas, demostrando interés o familiaridad con algunas marcas de viñas que en la actualidad consideramos tradicionales.

Hoy, 30 años después, el vino sigue siendo uno de los placeres que mueven mi vida. Hace poco, un sobrino me dijo que el vino era “viejo y aburrido”, y bastó prepararle uno con fruta y mucho hielo para que tanto él como sus amigos entendieran que de viejo y aburrido no tiene nada nuestra bebida nacional. Así que la juventud debiera ayudarnos un poquito para poder salir de los escasos 13 litros per cápita que el chileno consume al año. Esta cifra es alarmante para un país productor de vinos de alta calidad.

Además, ¡existen tantas ocasiones para disfrutarlo! No solo en la mesa del domingo, los chilenos estamos redescubriendo el vino, como aperitivo, después del trabajo, un happy hour o de fiesta, ¿por qué no? Por otra parte, este fruto de nuestra tierra da trabajo a más de 100 mil hogares y ayuda a la salud de muchos por sus beneficios relacionados a la disolución de grasas y antioxidantes, siempre que lo beban de manera responsable y educada.

Bébalo en copa de cristal y decantándolo en un decantador caro. Bébalo en copa de vidrio escanciado desde la botella. Bébalo con frutas u otros cócteles en vasos con mucho hielo. Bébalo. Pero bébalo de manera responsable, educada, en familia o con amigos. Eso es lo que necesita nuestro vino chileno para crecer y seguir siendo un sinónimo de cultura e historia.

No me mal entienda querido lector, no quiero que se tome una botella ahora mismo: quiero que beba una copa de vino con cada almuerzo o cena, pero una copa de 90 cl, no una copa de medio litro. Esa no es saludable.

Lo invito a que aprenda a dejar de consumir bebidas azucaradas a la hora de almuerzo y tome una copa de vino con su comida. Puede ser una cepa blanca, tinta, rosada o espumante, todas son mejores que cualquier bebida con gas de las que compra junto al combo o promoción de almuerzo en los escasos 45 minutos que tiene para almorzar, cinco veces a la semana.

Beba una copa en casa al llegar del trabajo en vez de medio litro de bebida gaseosa de fantasía. Se relajará más al poder “sacarse la pega de encima” con una copa conversada con su pareja y con sus hijos, mejorando incluso la relación familiar que a veces nos cuesta mantener en calma.

Beba vino, porque el vino es bueno. Beba vino porque Nos Gusta el Vino.

Saludos,
Ricardo Grellet, sommelier.
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