SANTIAGO.- Cuando las temperaturas bajan en los
meses de otoño e invierno, el frío favorece la supervivencia de los virus responsables de determinadas infecciones y automáticamente
aumentan las probabilidades de contraer un resfriado. Pero esto no sólo ocurre en el caso de los seres humanos, sino que también
los perros son muy propensos a enfermarse en esta época del año.
La tos de las perreras o traqueobronquitis infecciosa canina es una enfermedad muy contagiosa entre los canes, que se produce por una bacteria conocida como bordetella.
De acuerdo a Javier Leyton, veterinario de la Clínica CDT, las características de esta enfermedad es que se "genera una tos, una traqueítis que al hacer la evaluación y palpar la tráquea del paciente, el perro desarrolla una tos característica que no cesa".
Según el especialista cualquier perro es propenso a contraer la tos de las perreras, pero "las razas que tienen mayor predisposición y que pueden desarrollar un cuadro un poco más grave, son los pacientes braquicéfalos", como por ejemplo los bulldog francés e inglés, los pug, bóxer, shih-tzu, maltés, chihuahua, entre otros, lo que se caracterizan por presentar un cráneo facial ancho y corto que incide en la obstrucción de las vías respiratorias.
Prevención y tratamiento
Para prevenir la enfermedad a tiempo se ha desarrollado una nueva vacuna que se administra por vía intranasal, sin ningún tipo de inyección y que mantiene al perro protegido durante un año.
Leyton explica que los pacientes generalmente son autolimitantes y que son capaces de contrarrestar la enfermedad por sí solos. Para aliviar el malestar se pueden utilizar antiinflamatorios.
"Esta infección no dura más de diez días. Pero lo que se hace eventualmente dentro de la consulta para aliviar los signos respiratorios es dar antiinflamatorios en una terapia de tres, cuatro días, y en casos más graves se puede poner una dosis de corticoides", concluye el veterinario.