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¿Qué hacer cuando tu hijo es malo para comer? Consejos para mejorar la alimentación de los niños

Alrededor del 25% de los niños de entre los 1 y 10 años presentan alguna dificultad alimentaria. En ese contexto, la Dra. Paulina Bravo, pediatra nutrióloga de la Clínica Santa María, entrega algunas recomendaciones para que los padres cambien esta realidad.

08 de Agosto de 2019 | 15:45 | Por Diego Almazabar, Emol
Que los hijos sean malos para comer es una de las principales preocupaciones que tiene los padres y es una realidad más común de lo que se cree. De hecho, alrededor del 25% de los niños de entre los 1 y 10 años presentan alguna dificultad alimentaria.

Y es que si un menor de edad no se alimenta de manera adecuada los expertos coinciden que esto puede traer consecuencias en su desarrollo, donde puede verse afectado su sistema inmune, retrasar su crecimiento normal, afectar su capacidad de aprendizaje, incidir negativamente en su desarrollo psicosocial y en las relaciones familiares.

¿Qué hacer cuando tu hijo es malo para comer? La Doctora Paulina Bravo, pediatra nutrióloga de la Clínica Santa María, profundiza en las principales razones que llevan a esta realidad y aconseja cómo mejorar la ingesta nutricional de los niños.

La alimentación de los niños


En primer lugar, Bravo dice que las dificultades alimentarias son mucho más frecuentes en el periodo de la lactancia tardía, que es cuando el niño se acerca al año de vida y se empieza a introducir la alimentación complementaria. "En ese proceso es más frecuente que ocurran algunas dificultades porque el niño se empieza a poner un poco más independiente y esa autonomía cuesta aceptarla de parte de los padres", dice.

La experta aclara que durante esta etapa se debe diferenciar si un niño presenta alguna dificultad para comer o si está relacionado con un trastorno.

En ese sentido, algunas de las dificultades que hay que detectar es si el niño tiene problemas para alimentarse en todos los grupos alimenticios o solo en algunos y si tiene caídas en el carril de crecimiento tanto de estatura como el peso.Y en ese punto aclara que los niños con dificultades alimentarias no necesariamente están bajo peso, ya que pueden tener un peso normal e incluso es cada vez más frecuente que presenten sobrepeso u obesidad debido a una ingesta desequilibrada de nutrientes.

Por eso indica que hay que saber diferenciar el tipo de alteración. "Por ejemplo, hay niños que tienen apetito conservado, que significa que tienen ganas de comer solo ciertos alimentos; o aquellos que tienen miedo a alimentarse porque han tenido una mala relación con la comida; o lo más clásico hoy es que el niño tiene bajo apetito porque es inquieto, está descubriendo cosas y le interesa poco comer", asevera.

Para saber qué problema alimenticio puede tener el niño, la doctora indica que lo conveniente es consultar con un especialista."Los médicos de nutrición y pediatras pueden detectar cuáles son los casos que hay que tratar y cuáles se pueden mejorar con un consejo simple o si hay que tratar de manera multidisciplinaria".

Consejos para mejorar la alimentación


Dentro de los consejos que entrega la experta es que se debe estimular a que el niño coma por sí mismo en la medida que sea capaz y que los padres estén acompañando paso a paso este proceso."Cuando hablamos de un lactante de siete meses todavía no va ser capaz de comer por sí mismo y lo vamos a tener que asistir, pero en la medida que se acerque al año de a poco va ir siendo más autónomo".

También es importante ofrecer una alimentación bien variada introduciendo nuevas verduras, frutas, otros tipos de carnes y distintos hidratos de carbono. "Tenemos que ir estimulándolo a que varíe lo que come", detalla Bravo.

Otro aspecto relevante es que los padres adquieran hábitos alimenticios saludables y ordenados."En la medida que los padres coman sano y en la mesa, el niño lo ve como un modelo y generalmente también se van produciendo mejores formas de alimentación", sostiene.

Es por esa razón que recomienda a los padres establecer horarios para que el niño coma. "Muchas veces tenemos la percepción que los niños no tienen apetito, pero en realidad vemos a un niño que está constantemente "picoteando" entonces nunca tiene hambre porque siempre está con algo en el estómago y al final no tiene ganas de sentarse a la mesa porque no se generó el hambre", dice.

Complementos nutricionales


En el caso de que los niños presenten complicaciones para alimentarse adecuadamente no logrando cumplir con el consumo de nutrientes que necesitan según su edad, es recomendable el uso de complementos nutricionales como parte de un tratamiento integral, siempre cuando sea indicado por un especialista del área.

"Está bien determinado que el complemento nutricional sirve cuando hay carencias de algunos nutrientes y uno puede apoyarse en ellos", dice Bravo.

Sin embargo, agrega que "la idea es que su consumo sea recomendado en momentos específicos para que no impacten el apetito y tampoco las ganas de comer otros alimentos y también en aquellos niños que presentan dificultades al tragar".

También señala que al momento de elegir un complemento nutricional es importante fijarse que este cuente con micro y macro nutrientes, vitaminas y minerales para apoyar la nutrición de los niños.

En ese ámbito, Laboratorio Abbott tiene una gama de productos nutricionales bajo la marca Pediasure que cuentan con estudios clínicos que avalan su eficacia como apoyo nutricional.
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