PARIS.- Las esperanzas de miles de aficionados de ver a Marcelo Ríos y sus propias revanchas en las arcillas francesas tropezaron más rápido que nunca tras el inesperado retiro del jugador chileno, a causa de una lesión a los aductores, en el partido que perdía por 3-6 y 2-6 ante el alemán Tommy Haas, por la primera ronda de Roland Garros.
La notoria falta de movilidad del ex número uno y actual 19° del circuito apenas se disimuló en el comienzo del segundo set, cuando, pese a estar 0-3 abajo y llamar al masajista oficial de la ATP, logró despachar un interesante juego ante un dubitativo Haas que por primera vez perdía el control de un partido que tenía asegurado.
Sin embargo, fue un espejismo y Ríos, que apenas podía servir y lucía visiblemente contracturado, cedió el set ante la potencia del germano.
En el descanso del inicio del tercet set, Ríos conversó berevemente con Haas y decidió retirarse, ante el abucheo de la gente, que no copó los asientos del court Suzanne Lenglen.
La decisión sumió en el desconcierto al público, la prensa y al propio Haas. "El problema no es mi juego, es físico. No tengo el mismo dolor que tuve hasta mi operación, pero las piernas no responden como lo hacían. No estoy lo suficientemente fuerte. Siento dolores en mis aductores".
Nadie entendió qué le sucede realmente al chileno, y las contrapreguntas no aclararon mucho. "Si no te sientes al ciento por ciento, no tiene sentido jugar. No estoy acá para jugar un par de partidos, ganar un set o un partido. Creo que estoy acá para ganar el torneo. Si no es así, no tiene sentido jugar".
Haas no coincidió en nada de lo que dijo su rival. "No me dio ninguna explicación. Creo que no hay que entrar a una cancha si no estás al ciento por ciento... Pero todos sabemos cómo es Marcelo Ríos. No creo que le interese realmente lo que otras personas piensen de él en un momento como ese", dijo el alemán, que con esto descuenta 2-4 los enfrentamientos ante el chileno.
Ríos bajará varios puestos el lunes 12 de junio al no haber defendido los puntos ganados en 1999, cuando alcanzó los cuartos de final del Abierto francés. Desde finales del año pasado, en los meses inmediatamente anteriores a su operación de noviembre, el chileno cayó en una espiral de confusión y juego errático de la que no parece poder salir.
En lo que va del año jugó 26 partidos y perdió la mitad. Las semifinales de Hamburgo fueron su mejor resultado, pero encadena cinco derrotas consecutivas ante Marat Safin, Yevgueni Kafelnikov, Lleyton Hewitt, Félix Mantilla y Haas.
La despedida de la conferencia de prensa fue "a lo Ríos". Cuando un periodista lo provocó, preguntándole si el no haber ganado el "premio limón" al jugador más antipático era un triunfo para él, abonado al "trofeo" en los últimos cuatro años, miró hacia ninguna parte y masculló: "Creo que todo lo que los periodistas están haciendo es una mierda".
