SANTIAGO.- Argentina, como se suponía, ya estaba mirando la fiesta desde el palco, tras el 6-1 a Canadá, y esperaba a su rival del sábado. Para llenar la otra mitad de la final había dos candidatos: Chile, con el inmenso favoritismo de la localía, y el poderoso Estados Unidos.
A las 16.30 el calor era intenso, tanto como el martes, cuando la Roja le empató a Canadá. Pero esta vez la entrada del equipo fue diferente.
Chile comenzó atacando bastante, buscando el gol con salidas poco pulcras, pero que servían para mantener el peligro en el arco estadounidense.
A los 6', una mala maniobra de un defensor visitante obligó a cometerle penal al goleador chileno Alan Stein, que él mismo se encargó de convertir.
La ventaja no trajo tranquilidad a Chile. Errores defensivos casi costaron el empate El mediocampo chileno era constantemente arrollado y no había tiempo de tener la pelota en el palo.
A medida que avanzaba la hora, Chile comenzó a tocar más en equipo, con jugadas ordenadas y claras. A los 30', Kuhlental se creó un espacio y le tocó la pelota a Cristóbal Yurazek, quien desde la línea de fondo anotó el 2-0.
En la segunda etapa, los estadounidenses entraron a jugársela, aunque con poca claridad y menos hockey del esperado.
La visita buscó el córner corto, única forma de ganarle a la Roja, y consiguió el descuento a los 48' a través de Cota.
Fueron los momentos más débiles de los chilenos. Los laterales chilenos no lograron aparecer y sólo se encomendaron a esporádicos contraataques.
A cuatro minutos del final, Robinson se va expulsado por foul en contra de Stein. El público ya sentía el triunfo, y los chilenos sólo mantuvieron la pelota ante la impotencia de la visita.
El triunfo deja a Chile al borde de una alegría mayor. Claro que este sábado a las 16.30 estará al frente Argentina. Ambos ya clasificaron directamente al Mundial Junior en Australia el 2001, pero el oro es sólo para uno.
¿Por qué no?
