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Columna: Vargas se cuida las espaldas

15 de Febrero de 2001 | 15:47 | emol.com
SANTIAGO.- Hecho: Sergio Vargas, el arquero de la Universidad de Chile, resignó sus aspiraciones económicas para quedarse esta temporada cuidando la valla azul. El recorte presupuestario de la directiva de René Orozco no fue indiferente a uno de los símbolos de los cuatro recientes títulos conseguidos por la "U". Sin embargo, el club (o siendo más justos y exactos, la empresa privada) encontró la forma de compensarlo.

Telefónica se acercó al portero y le ofreció 50 mil dólares anuales por cambiar su casaquilla número 1 por otra, con el 188 en la espalda, además de los colores verde y azules institucionales. Tal cual.

Así, con la venia directiva, el guardameta de Chacabuco se hizo de un "pituto".

La tontera -porque es difícil catalogarla de otro modo- comenzó hace un par de años cuando, en un gesto de generosidad, Iván Zamorano cedió la camiseta número 9 a Ronaldo. En una genial idea, a los dirigentes aurinegros lombardos se les ocurrió que el chileno podría usar una tricota que, sumando ambos números, diera el mismo dígito con el cual se identificaba al ariete de Villa México. El caso es que "Bam Bam" -gratuitamente, claro- no sólo se puso la 18, sino que agregó el signo + entre el 1 y el 8. Con eso, en el futuro, ya se podía aceptar cualquier cosa. Claro que nunca pude comprender porqué no se puso la 45, la 90, o cualquier otra combinación.

Hay precedentes más inmediatos: el crossista profesional chileno Jeremías Israel durante años lució el 123 como su número en las competencias. Esta temporada, lo cambió por el 09, porque una empresa de telefonía celular con tarjeta (Amistar) desplazó al carrier de Entel. El piloto de autos Cristián Mackenna, en su paso por la Fórmula Nissan, lució el número 188 como forma de entregarle mayor rédito a uno de sus principales auspiciadores, el mismo que se aprovechó del número de Erika Olivera cuando ganó el maratón en los Juegos Panamericanos de Winnipeg.

El caso es que Vargas ahora lucirá el número de los "Ochitos" en la espalda, sin que la ANFP pueda pronunciarse. El tema es cómo caerá este "pituto" a los compañeros de equipo de Vargas, quien ya años atrás, mientras todos lucían camisetas Diadora, jugaba con ropa Reebok, causando las iras de los diseñadores de la marca italiana, quienes le habían hecho un par de camisetas con especiales motivos y que el portero se negó a usar, mientras los dirigentes azules miraban para otro lado.

Si Vargas puede usar el 188, tal vez la "U" pueda traer algún refuerzo si es que puede usar en su espalda, por ejemplo, el número de otro carrier o el 800 360 360 para cobros revertidos.

Por suerte para la empresa privada, Vargas es titular indiscutido y raramente lo sacan. Porque, además, si lo hicieran, esa bendita tablita eléctrica que anuncia los cambios se colapsaría y habría que mandar a buscar una nueva quién sabe dónde, porque nadie -creo- usa tres números en la espalda.

Son los tiempos del marcado, perdón del mercado. Qué importan los reglamentos, el beneficio colectivo... Ahora, si un técnico fuera más vivo, le pediría una tajada al jugador que usa estos números "especiales". Por ponerlo, claro. Porque en la banca, tener un número específico importa de bien poco. Y hasta ahí no más llegarían las geniales ideas directivas para compensar sueldos, premios y primas.

El Sr. Sapo
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