GWANGJU, Corea del Sur.- La selección española de fútbol se enfrentará mañana, domingo, en Gwangju a Eslovenia en el partido del temido estreno mundialista, en un choque clave para los intereses del equipo de José Antonio Camacho, que se ha marcado como objetivo amarrar los tres puntos en litigio para acabar de paso con 52 años de maleficio, en los que no ha ganado en el debut.
Mucho ha llovido desde aquel encuentro jugado en Curitiba en Brasil’50 en el que el equipo nacional derrotó a Estados Unidos por 3-1. Han pasado 52 primaveras y grandes contratiempos en estos compromisos iniciales que han complicado la vida más de lo debido a los distintos equipos españoles.
España lo tiene claro. El partido de mañana es clave para sus aspiraciones, al menos de pasar la primera fase, y de hacerlo como primera de grupo.
Por lo tanto, el planteamiento inicial es contundente. Se trata de un encuentro de liguilla, pero casi como si se tratase de una eliminatoria directa. Esto acarrea peligro, riesgos, pero también precisa valentía y osadía, rasgos que siempre son positivos cuando se acompañan de sentido y orden.
En principio, el conjunto de Srecko Katanec es un enemigo inferior al de José Antonio Camacho, pero sólo sobre el papel. Los favoritismos, como no se cansa de afirmar el técnico murciano, hay que ratificarlos en el césped.
En la última Eurocopa 2000 ya se vieron las caras en el Amsterdam Arena y la selección española sufrió tremendamente para sacar adelante el partido (2-1).
Los bloques son bastante similares, principalmente el de Katanec, lo que propicia que ambos equipos se conozcan a la perfección y sepan qué defecto tienen que explotar del rival para salir airosos.
Para España, una vez más, la victoria es poco menos que un deber, casi una obligación, un acto de rebeldía contra tropiezos reiterados, y para los eslovenos el debut es un premio a su ilusión, a su progresión, lo que, indudablemente, le quita presión.
El carácter de novata de la selección de Eslovenia no le acompleja, todo lo contrario, le motiva aún más. Los jugadores tienen un fuerte sentimiento nacionalista, saben que están respaldados por todo un país acostumbrado a festejar éxitos en deportes de invierno, y todo lo que hagan será mejorar.
Tras su presencia en la Eurocopa, Eslovenia acabó invicta y segunda en un grupo difícil con Rusia (primera), Yugoslavia y Suiza, y luego en la repesca sorprendió a Rumanía, a la que ganó en casa por 2-1 e igualó a uno en Bucarest.
Camacho ha recalcado a sus pupilos de que el camino del éxito en este Mundial debe fraguarse a partir de un triunfo el domingo, y que este tiene que obtenerse con concentración, orden, trabajo y precisión.
Orden para mantener el sitio, concentración para los marcajes sobre los rivales y para evitar fallos en el ’otro fútbol’ (faltas, saques de esquina o acciones aisladas), trabajo en los robos del balón y precisión en el juego y en los remates a la portería adversa.
Raúl acompañará en punta al deportivista Diego Tristán, el máximo goleador de la Liga. Juan Carlos Valerón, el otro componente del ’tridente’, saldrá más retrasado de lo que suele actuar en el Deportivo, junto a Rubén Baraja, mientras que Luis Enrique Martínez y Francisco Javier de Pedro completarán por las bandas la medular.
Camacho no modificará su tradicional 4-4-2. Aunque ha probado también con una defensa de tres y con otras variantes por si el devenir del encuentro lo requiere, confía en su esquema tradicional.
Tampoco cambiará Katanec, un ex jugador de Yugoslavia que eliminó a España en la prórroga de los octavos de final de Italia’90 y que es el considerado gran culpable de la evolución eslovena.
Se ha convertido en un ’sargento de hierro’ que ha domado a hombres díscolos como Zlatko Zahovic, su gran estrella, quien tras algunas desavenencias ha vuelto al redil dispuesto a engrandecer la andadura de su selección y la suya propia.
Zahovic volverá a ser la gran referencia ofensiva de Eslovenia, la magia con la que desmontar el entramado de Camacho, la luz dentro de un equipo muy armado y dispuesto a soñar a lo grande.
España está advertida por su propia historia y por los propios resultados que se están dando en este inicio mundialista. El tópico de que no hay enemigo fácil vuelve a salir a relucir, pero Camacho y los suyos quieren revertir la tendencia de una selección que quiere ser aspirante con los pies en el suelo.
El escenario del estreno, el campo de Gwangju, es como todos de reciente construcción, pero de los más espectaculares por la bella y moderna concepción de las dos cubiertas de los graderíos. Es poco probable que las algo más de 42.000 localidades se llenen, pero se estará muy cerca.
Alineaciones probables:
España: Iker Casillas; Puyol, Hierro, Nadal, Juanfran; Luis Enrique, Baraja, Valerón, De Pedro; Raúl y Diego Tristán.
Eslovenia: Simeunovic; Milinovic, Vugdalic, Knavs; Novak, Ales Ceh, Galic, Pavlin, Zahovic, Rudonja; y Osterc.
Arbitro: Mohamed Guezzaz (MAR).
Campo: Copa del Mundo de Gwangju.