ASUNCION.- La Copa Sudamericana de clubes de fútbol pondrá en marcha este martes su segunda edición, precedida por el inesperado éxito de la primera, que no contó con la participación de los equipos brasileños y debió sustituir a las poco populares Copas Mercosur y Merconorte.
El torneo comenzará con el partido entre los ecuatorianos Liga Deportiva Universitaria de Quito (LDUQ) y Barcelona.
Aunque la competición fue prevista como solución de emergencia para rellenar el hueco de sus predecesoras, la buena respuesta del público a un torneo que tiene un formato diferente al de las clásicas internacionales ha hecho que la Sudamericana se haya afianzado en el segundo semestre del año futbolístico.
La breve existencia de las Mercosur y Merconorte, la primera contemplada con indiferencia por los aficionados y la segunda con paciencia por la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF), que veía impotente el agujero económico que iba dejando, no fue casual.
La Mercosur se saldó con cuatro campeones: los brasileños Palmeiras (1998), Flamengo (1999), Vasco de Gama (2000) y el argentino San Lorenzo (2001), que logró así la clasificación para la primera Copa Sudamericana, que, además, conquistó.
Por su parte, la Copa Merconorte fue patrimonio exclusivo del fútbol colombiano y engrosó las vitrinas de Atlético Nacional (1998 y 2000), América de Cali (1999) y Millonarios (2001), pero el escaso interés que despertó hizo de este torneo uno de los mayores fiascos en la historia de las competiciones sudamericanas.
La ingeniosa solución para dar a la segunda mitad del año un espectáculo futbolístico atractivo pasó por hacer una competición con marcado acento nacional que previera cruces con rivales de otras asociaciones geográficamente cercanas, una solución que, además, de ahorrar una buena cantidad de dinero a los organizadores, supone una novedosa alternativa deportiva.
La Confederación Sudamericana sabe que tiene un torneo con futuro y con proyección, y que pese a que los premios aún no están a la altura de los que se reparten en la Copa Libertadores, es sólo cuestión de tiempo que la competición crezca.
La edición 2003 tendrá 4,5 millones de dólares en premios, con 50.000 dólares para los equipos que superen la primera fase, 100.000 para los que lo hagan a la segunda, otros 150.000 si superan los cuartos de final, 200.000 para los que alcancen las semifinales y habrá 250.000 dólares para el campeón y 200.000 para el subcampeón.
La CSF ha sabido, además, apoyar la Sudamericana en la Recopa, una competición que ha vuelto a recuperar el choque entre los campeones semestrales del fútbol sudamericano.
Un síntoma de la buena perspectiva de futuro es la adhesión a la competición del fútbol brasileño, que estará representado este año por la nada desdeñable cantidad de doce equipos, tras el plantón del año pasado que dejó al torneo huérfano de algunos de los mejores jugadores del continente.
La edición 2003 contará con la participación de varios ilustres como los brasileños Flamengo, Gremio, Sao Paulo, Palmeiras, Vasco da Gama o Corinthians; los argentinos Boca Juniors, River Plate, San Lorenzo e Independiente o los campeones boliviano, Bolívar; paraguayo, Libertad, y uruguayo, Nacional.
En Bolivia y Chile, la Sudamericana ha llevado a sus asociaciones nacionales a conformar eliminatorias de clasificación para la competición, lo que ha permitido cubrir el vacío entre los torneos cortos del año. Por Chile, los clasificados fueron Universidad Católica y Provincial Osorno.
Los equipos deberán superar sus respectivos cruces nacionales para luego enfrentarse paulatinamente con los de otros países, de manera que el clasificado paraguayo se enfrentará al uruguayo, el colombiano al ecuatoriano, el peruano al chileno y el boliviano con el campeón del cruce entre el San Lorenzo, vigente campeón, y el equipo venezolano que supere su fase local.