MADRID.- Cada vez que Fernando Torres asombra con un gol de factura extraordinaria, el fútbol italiano, al que le encanta buscar comparaciones con el español, celebra la confirmación del que un día situaron como heredero del holandés Marco van Basten.
Van Basten dejó un recuerdo imborrable en el fútbol italiano y europeo. Su retirada forzosa en septiembre de 1995 por una grave lesión del tobillo derecho que ningún médico pudo curar privó a los aficionados de un goleador nato, terror de las defensas rivales gracias a su sentido del desmarque y de la anticipación.
Tenía 30 años y llevaba desde 1993 sin pisar los terrenos de juego. "Ni siquiera puedo jugar al tenis con los amigos", confesó hace poco el holandés.
Torres, la joven estrella del Atlético de Madrid conocida como "El Niño" (tiene 19 años), anotó hace unos días al Betis un gol que hubiera firmado Van Basten: aprovechó un balón al segundo palo que le envió Jorge para enganchar una volea que se coló por la escuadra de Contreras.
La prensa española habló de "un gol a lo Van Basten" y "El Niño" entró en el paraíso. "Tenemos dependencia de Torres", admitió su entrenador, Gregorio Manzano.
El gol recordó al que dio a Holanda la Copa de Europa de naciones, disputada en Alemania el 25 de junio de 1988. Van Basten, con escaso ángulo de tiro, empalmó de volea un centro de Muhren desde la parte izquierda del área rusa. El gol puso al estadio en pie. Van Basten fue proclamado el mejor jugador del torneo.
Y ahora hay un heredero italiano
Aún admitiendo la categoría de Torres, los italianos le han buscado rápidamente un competidor en la carrera por el trono de Van Basten.
Se llama Nicola Pozzi, de 17 años, delantero centro del Cesena (tercera división del calcio), que se ganó hoy casi una página entera de "La Gazzetta dello Sport" por haber anotado el pasado domingo dos goles al... Torres.
Pozzi se ha convertido en uno de los principales objetivos de Juventus, la "vieja señora" del fútbol italiano que ya el pasado mayo ofreció al Atlético de Madrid 17 millones de dólares y el delantero uruguayo Marcelo Zelayeta por Fernando Torres, al que también perseguía el Milan.
"Hay una opinión general de que Pozzi será el crack de 2010", sostiene "La Gazzetta", que menciona que también el Chelsea del insaciable multimillonario ruso Roman Abramovich sigue los pasos de la promesa italiana, de 183 centímetros de estatura -curiosamente, la misma de Torres-, ágil y veloz, peleón, bueno en el remate con la cabeza y los pies.
Torres y Pozzi tienen que sentirse felices. Que le comparen a uno con Van Basten, no sólo es un orgullo sino un acicate para soñar con alcanzar un palmarés tan brillante como el del holandés, aquel que, con Ruud Gullit, Frank Rijkaard, Franco Baresi y Paolo Maldini, rompió en dos ocasiones la fe de la "Quinta del Buitre" del Real Madrid en la conquista de la séptima Copa de Europa.
Tres veces "Balón de Oro", Bota de Plata en 1985 y Bota de Oro en 1986 y 1988, Van Basten se incorporó al Milan de Arrigo Sacchi en 1987 después de anotar 123 goles en 115 partidos en la liga holandesa.
Con sus compatriotas y los "pilares" italianos, Van Basten, al que el gran Johan Cruyff había descubierto en el Ajax, destrozó las ilusiones europeas del Real Madrid que lideraba Emilio Butragueño, al que eliminó en 1989 (un humillante 5-0 en San Siro, uno de ellos de Van Basten, que también había marcado el empate a uno de la ida) y en 1990 (1-0 en el Bernabéu y 2-0 en San Siro, uno de ellos del goleador holandés).
Van Basten ganó la Copa de Europa de esos dos años. En la final de 1989, anotó dos de los cuatro goles que barrieron al Steaua de Bucarest, en el que brillaba Hagi, posteriormente jugador del Real Madrid.
El delantero holandés disputó también la final de 1993 contra el Olympique de Marsella de infausto recuerdo. El Milan perdió por uno a cero y Van Basten se resintió de la lesión. Nunca más volvió a jugar. Una década de duras entradas de los defensas rivales habían destrozado su tobillo derecho.
Fabio Capello dijo de él que había sido "el más grande jugador de los tiempos modernos". A sus 21 años y dada su progresión (ya debutó con la selección absoluta), Torres puede soñar con heredar esa mención. Sólo el tiempo dirá si "El Niño" será la gran estrella europea de la década. Con el permiso de los italianos, claro. Y, obviamente, de Pozzi.