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F-1: Schumacher aquieta las aguas

El alemán de Ferrari dio una nueva muestra de que será muy difícil bajarlo del podio y del protagonismo de la Fórmula Uno. Alonso y Montoya deberán esperar o mejorar bastante para amagar su reinado, algo que se esperaba en el inicio de la temporada.

08 de Marzo de 2004 | 08:46 | EFE
MELBOURNE.- La contundente victoria del alemán Michael Schumacher y su Ferrari en el Gran Premio de Australia ha sido un jarro de agua fría para los pretendientes a su herencia, el español Fernando Alonso y el colombiano Juan Pablo Montoya.

Después de que el año pasado la oposición tuviera contra las cuerdas a Michael Schumacher, parecía que este año iba a ser el definitivo para terminar con el reinado del alemán, pero lo que se han encontrado en Australia ha sido un piloto tan motivado como el primer día y un coche, que de momento saca un segunda de ventaja al resto.

Fernando Alonso sigue creciendo como piloto y en Australia fue el único que en carrera, sobre todo al principio, aguantó el ritmo de los Ferrari sin descolgarse demasiado y completó la carrera sin cometer el más mínimo error.

Su salida fulgurante, en la que no dudo salirse a la hierba para superar a Montoya, su decisión al abordar la primera curva y su ritmo endiablado durante más de media carrera le sitúan por encima del resto.

El punto de referencia, su compañero de equipo el italiano Jarno Trulli, que en las sesiones de clasificaciones hasta ahora se había mostrado como un especialista, le cedió seis décimas de segundo y cuatro puestos en la formación de salida y en carrera cedió al empuje de los Williams-BMW de Ralf Schumacher y Montoya.

En su última temporada en Williams, con la que aspira a despedirse con el título mundial tras su anunciado pase a McLaren, Juan Pablo Montoya no estuvo muy afortunado y el quinto puesto que consiguió tras los Ferrari, Alonso y su compañero Ralf, no es lo que esperaba.

En las sesiones de entrenamientos, como le ha ocurrido en los años anteriores, perdió demasiado tiempo buscando los reglajes para que el coche fuese competitivo y cuando llegó el momento de abordar la sesión de clasificación era ya demasiado tarde para competir con los Ferrari.

Luego en la carrera, por tratar de defender lo indefendible -el adelantamiento de Alonso- terminó fuera de la pista y eso condicionó el resultado final, obligado a remontar y terminar por detrás de Ralf Schumacher.

En la primera carrera con las nuevas normas de un motor único para todo el fin de semana la superioridad de Michael Schumacher y Ferrari ha sido insultante, mejor tiempo en todas las sesiones de entrenamientos, en clasificación, vuelta rápida en carrera y victoria, esta ha sido la carta de presentación del alemán, dispuesto a conseguir su séptimo mundial.

Si el pasado año después de las tres primeras carreras tan solo había sumado ocho puntos, dos menos que los conseguidos en Australia, ésta temporada la ha iniciado de una manera que ha impresionado a sus rivales, que ya en las primeras pruebas se temían el dominio de los Ferrari.

El finlandés Kimi Raikkonen fue el pasado año el que más difícil puso al alemán la consecución del título, este año esperaba, cuando menos, hacer los mismo, pero por los derroteros que ha entrado la escudería McLaren-Mercedes, su tarea parece aún más difícil que la de Alonso y Montoya.

Los McLaren-Mercedes han dado muestra de su falta de fiabilidad y de competitividad. Raikkonen ha tenido el dudoso honor de ser el primero en retirarse de la carrera con el motor roto, después de haber rodado muy poco en entrenamientos para preservarlo y su compañero de equipo, el británico David Coulthard, vencedor el año pasado, tan solo pudo ser octavo.

El retraso de McLaren-Mercedes parece tan grande que cuando enderece el rumbo, será demasiado tarde para que Raikkonen una sus fuerzas a las de Alonso y Montoya, para acabar con el reinado de Schumacher.
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