Nuevamente salió victorioso el conductor de Ferrari.
SAJIR, Bahrein.- Nada puede frenar a Michael Schumacher y Ferrari. Ni un circuito nuevo como el del Gran Premio de Bahrein, ni la arena del desierto ni mucho menos una abrumada competencia impidieron que el alemán y su máquina conquistasen hoy su tercer triunfo en el Mundial 2004 de Fórmula 1 que parece casi decidido.
El dominio abrumador de los bólidos rojos se completó con el segundo puesto del brasileño Rubens Barrichello. Ferrari sumó así su segundo doblete de la temporada en sólo tres carreras.
Schumacher y Barrichello hicieron una carrera aparte. Partían desde la primera línea de la parrilla y mantuvieron sus posiciones sin problemas hasta el final. Nadie molestó en ningún momento de las 57 vueltas a los Ferrari, que juegan en una liga diferente a los demás.
Su control del Mundial es abrumador. Schumacher es líder con 30 puntos, y Barrichello es segundo con 21. "Un resultado de ensueño a un fin de semana de lo más fantástico", resumió un Schumacher eufórico, que celebró su triunfo en el podio con la bebida espumosa no alcohólica preparada expresamente para el Gran Premio de Bahrein. "Huele muy bien, ahora todo el equipo huele muy bien", bromeó.
Por detrás del monólogo de Ferrari, el Gran Premio de Bahrein fue entretenido. El trazado diseñado por el alemán Hermann Tilke, con bruscas curvas que obligan a frenar desde más de 300 kilómetros por hora a poco más de 80 en décimas de segundo, proporcionó numerosos adelantamientos al espectáculo.
En ese baile por las migajas de Ferrari, el mejor fue el británico Jenson Button, que acabó tercero por segunda carrera consecutiva y confirmó que el BAR-Honda es uno de los mejores coches de la actualidad. Button es tercero también en el Mundial, con 15 puntos.
El Renault del italiano Jarno Trulli fue cuarto y el japonés Takuma Sato, con el otro BAR-Honda, terminó quinto. Pero fue el español Fernando Alonso el gran animador de la carrera, remontando con su Renault de nuevo desde la última plaza para terminar sexto.
El defecto en los frenos lo relegó el sábado a la decimosexta posición en la parrilla, y un roce en la salida con el Jaguar del australiano Mark Webber lo obligó a entrar en boxes al final de la primera vuelta.
Desde ese momento, en vigésima posición y con 30 segundos de desventaja sobre su más inmediato rival, Alonso se lanzó a una furibunda remontada. El español protagonizó algunos de los adelantamientos más espectaculares, como los que realizó sobre el brasileño Felipe Massa (Sauber) o el propio Webber.
La cara amarga la volvieron a poner Williams-BMW y sobre todo McLaren. Williams sólo pudo colocar al alemán Ralf Schumacher séptimo y vio cómo Juan Pablo Montoya, cuarto en el Mundial, se quedó sin puntos cuando un defecto en la caja de cambios ralentizó su marcha hacia una casi segura tercera posición.
Peor incluso le fue a McLaren. El finlandés Kimi Raikkonen tuvo que abandonar en la séptima vuelta al romper el segundo motor del fin de semana. El propulsor del escocés David Coulthard aguantó algo más, pero también estalló antes de llegar a la meta.
La crisis es evidente en las "flechas de plata". Raikkonen, vigente subcampeón mundial, aún no terminó una carrera en 2004 y comienza a lanzar mensajes críticos: "De mí no depende, yo no voy más despacio que el año pasado". Mientras, Coulthard acumula un octavo y un sexto puesto que lo tienen en un pobre octavo lugar en el Mundial.