Pizarro y Di Michele se encaran en el "Oreste Granillo".
SANTIAGO.- Es difícil pensar en David Pizarro como un hombre complicado. En sí, su hablar parsimonioso denota un temperamento tranquilo, lo que sumado a su protagonismo sobre el campo de juego termina por recrear a un jugador que extrañamente debiera incurrir en inconductas.
En el fútbol internacional, el porteño no es de parecerse mucho a los genios de esta época. Es más bien, "noventero", similar al rumano Gica Hagi o el búlgaro Hristo Stoitchkov. Fútbol tiene el hombre, pero también el genio explosivo e impenetrable de dos de las figuras del Mundial de 1994.
Fue así como el último sábado, en la visita de Udinese a Reggina, cortó uno de los mejores momentos del local con un golpe en el suelo al volante Mozart. La cuenta iba 0-0 a esas alturas, por lo que cualquier descuido podría significar el desequilibrio. La acción fue similar a la que le valió una expulsión por falta sobre Roberto Carlos, en el 3-0 de Chile sobre Brasil, en 2000.
Mozart -quien conocía a Pizarro desde el Preolímpico de Londrina- se puso de pie, le tiró un codazo al porteño, que se llevó las manos al rostro, exagerando un golpe que no existió. El
show molestó a la figura del cuadro calabrés, Davide di Michele, quien lo levantó de la camiseta y encaró sucesivamente.
Pellegrino salió en auxilio del chileno, pero después lo echó.
Ahí intervino el árbitro Pellegrino, expulsó a ambos jugadores y Pizarro abandonó el césped del "Oreste Granille" con el sabor de no haber hecho un gran partido. A todas luce, más perdía Reggina, que se quedaba sin el delantero que había estrellado un remate en el palo y al que le habían cometido el penal, que desperdició Francesco Cozza.
Por eso la impotencia en el equipo que está buscando salvarse del descenso -Udinese apuesta a la Copa UEFA-. Di Michele se fue contra el chileno, lo siguió hasta la puerta del túnel, y sólo la policía y algunos reservas impidieron un nuevo ataque del ariete amaranto.
Lo bueno fue que, con la salida de Di Michele, el partido quedó en el control de Udinese, que se impuso con gol de Vicenzo Iaquinta.
El "Macaco"
El tema cobra vigencia al coincidir con la denuncia del volante de Atletico Mineiro Zé Luis. El tipo reclama que el volante chileno Claudio Maldonado le dijo "macaco" en una clara alusión racista, cuando Cruzeiro batía sin problemas al "Galo" por 3-1, en la primera de las finales del Campeonato Mineiro.
La inconducta de Maldonado le marginará de su segunda final estadual consecutiva.
"Él comenzó a agredir verbalmente con palabras racistas como macaco. Eso evidentemente no me gustó y sólo atiné a defenderme" dijo el aludido defensor.
Pero el lontuenino no tardó en replicarle. "Eso es una estupidez. Llevo muchos años en Brasil y jamás haría una cosa así", se justificó.
La cosa es que "Chester" ahora seguramente deberá ir a tribunales, toda vez que el abogado del club Roberto Vasconcellos aseguró que "el dolor que (Zé Luis) ha sufrido aún está presente en él. Las ofensas lo han afectado muchísimo".
Exagerado o no, lo esencial es que el juez Clever Assuncao decidió la expulsión de ambos, por lo que Maldonado se perderá su segunda final estadual consecutiva, luego de que fuera suspendido del partido decisivo del Torneo Paulista 2001, cuando Sao Paulo cayó ante Corinthians.
