ROMA.- Nicolás Massú todavía no le encuentra explicación a su derrota ante Mariano Zabaleta. El viñamarino se había hecho ilusiones y creía enfrentar a un rival al alcance de la mano, pero la cuenta (6-1 y 7-5) lo devolvió a tierra y al estigma que lo persigue: su irregularidad.
"Tenía bastante opción de avanzar a semifinales porque jugaba con un tipo conocido, al que había derrotado dos veces y por eso tenía una buena oportunidad, pero se perdió y estoy triste por eso", comenzó diciendo el tenista chileno, que mostraba una venda en su mano izquierda tras el partido.
Massú sufrió una herida cortante que al principio del duelo con el argentino lo obligó a usar una tela adhesiva. "Lamentablemente a mi mal rendimiento se sumó ésto, que no me permitía pegar bien el revés. Pero es algo que mejora con una parada y no reviste mayor peligro de cara a los próximos torneos", aclaró.
Al hacer un balance de lo que fue su actuación en Roma, el jugador chileno destacó que todavía no alcanza la regularidad que lo caracterizó durante la temporada pasada y que lo dejó cerca del top ten, "jugando a gran nivel. Este año he perdido esa regularidad, de cinco partidos gano dos, el año pasado jugaba 20 y ganaba 19 con buen tenis. Ahí debo mejorar".
Y agregó: "El mejor tenis lo mostré ayer con Safin. Hoy jugué muy mal, pero debo dejarlo de lado. No encuentro la razón, me sentía sin fuerza, no me podía mover bien, no sentía la pelota... Traté y traté, pero no me explico mi mal juego".
Massú añadió que podría haber llegado a semifinales, "pero cuartos de final está bien. La verdad es que los dos primeros partidos no jugué bien y los gané luchando, pero ayer (ante Safin) jugué muy bien, con todo mi tenis. Hoy volví a jugar muy, muy mal... Eso es lo que tengo que aprender y mejorar, además de seguir recuperando la confianza".
