VALENCIA/HAMBURGO.- Comenzó el año soñando con recuperar el número uno, pero cuando restan menos de dos semanas para Roland Garros, Juan Carlos Ferrero no sólo no sabe cuándo terminará su racha negra: por no saber, ni siquiera sabe si podrá defender su título en el Abierto de Francia.
"Estaba menos preocupado hace dos días, pero lo de ahora es peor", confesó hoy a DPA Antonio Martínez Cascales, entrenador del número cuatro del mundo. Tras la varicela de hace unas semanas y la lesión en la muñeca que lo hizo desistir de jugar esta semana en Hamburgo, Ferrero tiene ahora un "esguince intercostal" que le impide entrenar.
"Hoy queríamos entrenar el aspecto físico, pero en vez de eso estamos en el hospital", dijo un desolado Cascales, que tiene serias dudas de que su pupilo llegue en forma a París: "No es seguro que esté allí".
El golpe en las costillas se produjo el sábado, al mismo tiempo que la lesión en la muñeca derecha, de la que Ferrero va progresivamente mejorando. Ferrero entrenaba en su academia de Villena a horas de volar a Hamburgo, cuando se cayó en pleno entrenamiento.
"Al caer y torcerse la muñeca, el codo del jugador le golpeó el tórax, y eso le produjo la contusión en las costillas", explicó Ignacio Muñoz, especialista en traumatología del hospital valenciano Casa de la Salud.
"Lo normal es que el dolor aumente en los primeros cuatro o cinco días, y que después vaya mejorando. No es seguro que llegue a Roland Garros, pero tenemos muchas esperanzas", añadió Muñoz.
Cascales casi se toma a broma la noticia, adelantada hoy a DPA por la ATP, de que Ferrero será multado por no justificar adecuadamente su ausencia de Hamburgo. "Aceptar, no la aceptamos, pero no queda otra...", dijo resignado.
La ATP pretendía que Ferrero volara hoy a Hamburgo para que médicos del torneo puedan certificar su lesión. "Ferrero tiene tiempo hasta esta noche de aparecer en Hamburgo, de lo contrario será multado", confirmó Martin Dagahs, portavoz de la ATP en el torneo.
El ente rector del tenis masculino rechazó de plano la oferta hecha por el propio Ferrero de pagar el viaje a España de dos médicos designados por la ATP para que sea revisado en su país. "Eso es imposible, no es procedente", explicó Dagahs.
Ajeno a una multa que no hará más que consquillas a su bolsillo, Ferrero encontró un momento de alegría en medio de su incertidumbre deportiva: en el mismo hospital en el que se está realizando todo tipo de análisis, su hermana Ana dio el lunes a luz a Marta, la primera sobrina del número uno español. La familia Ferrero alternaba así alegrías y penas separadas por pocos metros.
Tras comenzar el año con unas prometedoras semifinales en el Abierto de Australia, Ferrero faltó a la primera ronda de la Copa Davis ante República Checa. Regresó para llegar hasta la final en Rotterdam, y fue clave para derrotar a Holanda en Palma de Mallorca en abril. Pero hasta ahí llegó. Una contundente derrota ante Fernando Verdasco en las semifinales de Valencia y una caída en su debut en Montecarlo son sus últimos antecedentes.
Mientras, Roger Federer, Andy Roddick y Guillermo Coria suman triunfos y se preparan para Roland Garros. Ferrero, impotente, no esconde su desazón. "Juan Carlos está muy, muy enojado. Desmoralizado, diría. Sabe lo que pasa en el circuito, pero no quiere ver ningún partido por televisión", confiesa Cascales, mientras espera el final de la peor racha en la carrera de Ferrero.
