EL SEGUNDO, California.— Shaquille O’Neal dice que la serie final de la NBA podría ser uno de los espectáculos deportivos más vistos de todos los tiempos.
Tal vez el grandote de los Lakers no vio la final de la Conferencia del Este, donde cada canasta fue motivo de festejo. Tal vez habría que llamarlo "Brillo de Hollywood" contra el "Fango de Detroit".
"Esperamos tener algunos remedios para que los aficionados puedan disfrutar un poco más", dijo ayer el entrenador de los Lakers, Phil Jackson.
Jackson aparentemente sí vio la final de la Conferencia del Este, o por lo menos el partido del martes en que los Pistons derrotaron a los Indiana Pacers 69-65, el segundo partido de anotación más baja desde que se introdujo el reloj de 24 segundos en 1954.
"No somos un equipo tan sofocante como esos dos", dijo Jackson. "Ben lo dijo muy bien: no le importa que termine 28-29 siempre que él sea el ganador", dijo el delantero de los Lakers Karl Malone en alusión a Ben Wallace de Detroit.
Y tal como juegan los Pistons con su mentalidad defensiva, eso bien podría suceder.
"El que llega a las finales merece estar ahí", dijo Malone. "No me importa si anotamos cincuenta y tantos puntos, con tal de que obtengamos los cuatro triunfos".
La serie final comienza el domingo en el Staples Center y repite las finales de 1988 y 1989. Los Angeles es el favorito para obtener su cuarto campeonato en cinco años. En cambio, los Pistons llegaron a la final por primera vez desde 1990.
"No nos satisface el solo hecho de llegar a la final", dijo Wallace.
Un título sería el décimo para Jackson como entrenador, quebrando un empate con Red Auerbach de los Boston Celtics, la cifra más alta de campeonatos ganados por un entrenador en un deporte profesional de gran popularidad.
"Es una gran suerte competir por algo así, es cuestión de circunstancias y suerte", dijo Jackson, cuyo contrato vence al fin de la temporada. Su futuro está en el aire.
Malone, Kobe Bryant y Gary Payton podrían optar por volverse agentes libres al fin de la temporada, lo cual sería el fin de una era para los Lakers.
Ningún equipo de la Conferencia del Este ha ganado un campeonato desde 1998, el último año de Jackson con los Chicago Bulls y la última temporada de Michael Jackson con el equipo.
Los Pistons parecen mal equipados para contener a O’Neal, al menos con su formación habitual. Ni Ben ni Rasheed Wallace parecen estar a la altura de Elden Campbell, que jugó con los Lakers durante ocho temporadas y media hasta ser transferido en marzo de 1999.