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Los fantasmas de la violencia sobrevuelan el clásico entre River y Boca

El partido, que definirá el finalista argentino de la Copa Libertadores, puede generar un verdadero espiral de violencia entre los simpatizantes de ambos equipos, pese a las peculiares medidas de seguridad.

16 de Junio de 2004 | 17:22 | DPA
Libertadores
El partido de ida fue ganado por Boca, 1-0. Gallardo, Cascini y Garcé fueron expulsados.
BUENOS AIRES.- Paradójicamente o no, los fantasmas de la violencia sobrevuelan el superclásico entre River y Boca, que este jueves definirá el finalista argentino de la Copa Libertadores de América.

El Comité de Seguridad Deportiva, a instancias del Programa de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos (Prosef), que conduce el ex árbitro de fútbol Javier Castrilli, puso como condición para que se jugara de noche, tal como pretendían la televisión y los clubes, que sólo los hinchas del equipo anfitrión pudieran asistir a la doble semifinal. Y así fue aceptado, en un hecho inédito en el fútbol mundial.

Y a pesar de que no habrá hinchas boquenses en el estadio "Monumental" -o al menos, no al descubierto-, el partido más trascendente en la rica historia del superclásico se jugará en medio de un clima enrarecido y bajo la amenaza de que se susciten hechos violentos.

"La Doce", la barra brava de Boca, anunció que unos seiscientos de sus integrantes asistirán al partido a pesar de la prohibición. "Hay alrededor de 1.100 entradas para ir al "Monumental". Tienen la posibilidad de ir, pero creo que no es conveniente", advirtió José Monteleone, abogado de uno de los barrabravas "xeneizes" más caracterizados, en declaraciones que publica hoy el diario "Clarín".

En caso de que los hinchas visitantes se animen a viajar al barrio porteño de Núñez, la barra brava de River, autodenominados "Los Borrachos del Tablón" anunciaron, a su vez, la creación de una "Brigada Antibosteros" para detectar infiltrados de Boca en las tribunas del "Monumental".

El domingo pasado, desde las gradas amenazaron con sus cánticos: "Si viene algún bostero -como se refiere despectivamente a los hinchas boquenses- los vamos a matar, los vamos a matar".

En tanto, el Prosef, a través de su portavoz Damián Pussetto, respondió: "Se difunden muchas versiones con el único fin de sembrar terror y generar escándalo en lo previo". Pero por las dudas, se multiplicaran los controles en las inmediaciones del estadio -850 efectivos policiales participarán del operativo- y River ejercerá "el derecho de admisión".

Aún así, la tensión irá in crescendo a medida que se acerque el superclásico, y nadie sabe qué puede suceder dentro y fuera del estadio, especialmente después de que los jugadores de ambos equipos protagonizaran un escándalo en el partido de ida.

En "La Bombonera", la violencia que se procuró evitar fuera del campo de juego estalló dentro, con una gresca generalizada castigada con poca severidad por el árbitro Claudio Martín, y de la que hubo escaso arrepentimiento público por parte de sus protagonistas.

Y en los días que siguieron, las declaraciones de los futbolistas de uno y otro equipo sirvieron para echar combustible al fuego. Desde las huestes de Boca se habló de un "complot" para favorecer a River, en base a una supuesta parcialidad en los arbitrajes, y desde la tienda millonaria les respondieron tildándolos de "llorones".

El jueves pasado, pareció que la soledad en la que se debatieron los jugadores de River ante once colegas y unos 50 mil hinchas rivales, potenció en ellos una suerte de "guapeza" que disparó los incidentes. "Nos sentimos solos, muy solos. Pero ya lo sabíamos", admitió luego el arquero riverplantese Germán Lux.

¿Cómo reaccionarán esta vez los dirigidos por Carlos Bianchi, en una caldera que ebullirá con más de 60 mil hinchas "millonarios"? ¿Qué comportamiento tendrá el público local si el resultado es desfavorable para los hombres de Leonardo Astrada?

Y aún más, tanta presión contenida, en los hinchas de River que no tendrán contraparte en el estadio, y en los de Boca, obligados a ver el partido clave por la televisión, ¿en qué derivará una vez terminado el duelo, en las calles de Buenos Aires y de otras ciudades argentinas?

Las preguntas son muchas. Las respuestas se conocerán recién entre la noche del jueves y las primeras horas del viernes. Entretanto, una vieja gloria de River, Daniel Onega, pronosticó que ambos equipos "van a tratar de jugar para reivindicarse del papelón que hicieron" en el otro partido, lo cual es el deseo generalizado de los que gustan del fútbol: que mañana haya más juego y menos batalla.
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